Luis Cárdenas.- Lo que ha sido un sueño casi que de fantasía, como de esos amores platónicos que todo ser humano desea en la vida, pero que al final casi nunca se da, así se pudiera catalogar la posibilidad de ver al portugués Cristiano Ronaldo y al argentino Lionel Messi juntos en un mismo club. Hoy los medios europeos se hacen eco de esa noticia y más de uno se frota las manos, pero con cautela, para no pasar de la fascinación a la desilusión de un solo trancazo.
Este jueves CR7 fue “trending topic” o tendencia en las redes sociales, luego que el periodista español Guillem Balague publicara en twitter un video donde informa que el representante de Cristiano, Jorge Mendes lo estaría ofreciendo a alguno equipos de élite de Europa, “incluyendo al FC Barcelona”.
De esta información se ha hecho fiesta, muchos que durante un largo tiempo han soñado verlos juntos en la cancha se ilusionan con esa posibilidad, pero hay más factores negativos que positivos de que esto suceda.
Para empezar, pareciera descabellado que un club como el Barca, que debe hacer caja para poder reforzarse y que ha tenido muchos problemas con el ojo clínico en los fichajes en los últimos años, que terminó con una plantilla muy corta, pueda arriesgar a firmar a un futbolista como CR7, que representaría un enorme gasto a priori para obtenerlo, más por lo menos los 23 millones de euros netos que cobra el jugador en la actualidad con Juventus, una de las trancas por las que el conjunto italiano esté dispuesto a desprenderse de él.
Claro está que el club que se haga con los servicios del portugués no tendría un gasto grande, sino una inversión alta que sería bien recompensada con los ingresos que puede obtener en cuanto a ventas de camisetas, e ingresos en entradas mayores a los que ya tienen de por sí, y algunas ventajas por la imagen del jugador que a nivel internacional podrían beneficiar a ambos.
Otro tema está en lo que puede representar para la imagen de Ronaldo ir al club archienemigo del Real Madrid, lo que pudiera ser visto como una gran traición al club de sus amores, al que le dio todo en casi una década. El como lo tomarán todos los seguidores merengues, quienes los idolatran e incluso muchos sueñan con verlo de vuelta al Bernabéu. Adiós estatua que reposa en las grandes memorias del Blanco.
El más importante, el impacto que pueda tener tanto dentro como fuera del camerino culé. Para nadie es un secreto que Messi es uno de los mejores jugadores de la historia y el mejor del Barcelona por lejos. Pero también, además de ser actualmente el capitán, se dice entre pasillos que tiene mucho poder para influir en las decisiones de traer X o Y futbolista o entrenador. Todo el que llega sabe que debe jugar al ritmo que toque el argentino, que en la cancha tiene que asumir un rol de reparto y no protagónico, como lo vivieron Zlatan Ibrahimovic, Samuel Eto’o, David Villa, Neymar Jr y el último, Luis Suárez, goleador nato que ha tenido un segundo plano en su producción desde su arribo a Cataluña.
Entonces entra la interrogante de si son compatibles ambos futbolistas en un equipo que tiene muchas “vacas sagradas”, pero solo un pastor que es amo y señor, que gobierna a su antojo y que muy probablemente no esté dispuesto a ceder su protagonismo, ni siquiera compartirlo. Futbolísticamente no chocan dentro del campo, por jugar distintas posiciones, pero el ego de ambos se puede comparar con el que han tenido en una de las franquicias más grandes en la historia del cine, “Rápidos y Furiosos”, los gigantes Vin Diesel (Dominic Toreto) y Dwayne “The Rock” Johnson (Luke Hobbs), quienes luego de cuatro películas de la zaga terminaron enemistados y con los caminos separados.
Se vale soñar, pero no tanto. como cuando yo pensaba que algún día Shakira (si, mi amor platónico) se fijaría en mí y no en Piqué, luego de separarse de Antonio de la Rua. Así mismo me parece esta posibilidad, pero a lo mejor los seguidores que sueñan con ver a estos dos fenómenos jugar juntos tengan mejor suerte que la mía.