CRISTALÓGRAFO | Principio Cristo,  tú voluntad | Por: Manuel Guillermo Ruiz Moreno

Manuel Guillermo Ruiz Moreno

En el sagrado templo de mi cuerpo habita nada más y nada menos que mi Espíritu, Fractal del Padre Madre Creador. En el tuyo también. Para esa posibilidad se precisan cinco cuerpos etéricos adicionales, entre ellos, el vital revitalizador de todo el organismo y el mental. La vida no es mía y la tuya tampoco es tuya. Abusivamente le cambiamos detalles permanentemente, cualquier cosa, sin uso de cirugías o con la aplicación de las mismas, de parte de quien no cura sino que cobra; en nuestro cuerpo del que no sabemos cómo actúan los átomos sobre las células, sobre su crecimiento,  reproducción cotidiana,  ni cómo se unen en especialidades para cumplir funciones específicas como la respiratoria, urinaria o la conformación de nuestros sistemas como el cardiovascular, sin usurpar funciones equivocadas.

El sistema mundial también desconocido, nos ha reducido a simples robots, personas narcotizadas por la mala alimentación  y alienadas por la mayoría de las informaciones de entretenimiento por todas sus formas, porque por allá dijeron y  como creyones, creemos que nos las sabemos todas porque estudiamos, nos graduamos y generamos dinero, con o sin estudios, satisfaciendo a esos controladores de las razas aquí en la Tierra.

Por ello, hoy reflexionaré sobre una oración que tu, Amado Ser, has repetido infinidad de veces. Dice: “Padre Nuestro que estás en los cielos”,  en tú cielo, no por allá en la Ionosfera; es  en lo más elevado de tú Ser, de tu consciencia, de tus pensamientos, de tus palabras y  obras, de tú impecabilidad…. “Venga a nosotros tú Reino”, en la perpetua pureza de tú corazón y expresada en tus acciones, es decir, que con las llaves de tus desarrollados Valores Espirituales abrirás esas puertas para auto-incluirte en ese dichoso reino de la Inmortalidad Espiritual y  la Paz absoluta.

Ahora Amado Ser, la oración que enseñó Jesús también  dice: “Hágase Tú Voluntad aquí en la Tierra como en el Cielo”. Es una Voluntad hilvanada con leyes Cósmicas que obedecen al Principio de Acción y Reacción, la Ley de la Conservación de la Energía, Ley de Lavoisier: “Nada se pierde, nada se destruye, todo se transforma”, etc. No con nuestros sentimientos, caprichos, pasiones e intereses  se ha de gobernar al mundo, imponiéndolos de cualquier forma usando hipnosis mental, chips neuronales implantados a distancia en el cerebro al abusar del móvil; manipulación, repetición de mentiras, calumnias, terror, guerras, misiles, brujerías, etc. De ahí la frase: “lo que sembramos, recogeremos”.  Y  nuestros pensamientos, palabras y acciones son energía, que sale de un emisor y regresa multiplicada al mismo.

No es tan mantequilla lo dicho. Producen o dejan de producir cualquier cosa que como un boomerang, retornará como Voluntad Divina, a favor o en contra nuestra porque nosotros originamos o disparamos esa energía inicial catalizadora, con lo que pensamos, decimos, hacemos o dejamos de hacer y eso tiene un blanco, una diana, un destinatario. Lo que generemos se nos devolverá. La voluntad, la efluvia, que enviamos a otros retornará a nosotros magnificada y a decir de los expertos, afectará hasta nuestros tataranietos. Hay una universalidad que nos rige,  conduce, a la que nos debemos y  a la que regresaremos con dolor o con amor, por elevación de consciencia. Aprendamos a aceptar la Voluntad Divina, del Padre/Madre Creador del Omniverso.

Tenlo siempre presente y que el Cristo Viviente, resucitado hace más de 2.000 años, no el crucificado y ensangrentado, te inunde con lluvias de bendiciones y cristalina Luz. (La Hoyada, Carvajal 22/10/2021).

 

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