Crisis económica agudiza salud mental de pacientes del IRP-Táchira

Sede del psiquiatrico de Peribeca

SAN CRISTÓBAL. Una reja negra mantiene aislados a los 90 pacientes que se encuentran recluidos en el Instituto de Rehabilitación Psiquiátrica –IRP- de Peribeca. Habitan en una casa ubicada entre las montañas de este pueblo turístico, al final de una pequeña carretera de tierra, se trata de un refugio que los separa del mundo, pero que no les impide escapar de la crisis económica y social que se viven en el país.

La falta de recursos es uno de los principales problemas que se presenta en el instituto. El Gobierno nacional, a través del Ministerio de Salud solo les otorga un presupuesto diario de 5 mil bolívares por paciente, que mensual sería de Bs. 13.500.000, los cuales deben dividir entre los gastos de alimentación, vestuario, mantenimiento, atención y el pago salarial del personal que allí labora, según explica la directora general del centro de salud, Marina Sánchez.

La cifra es ínfima e irrisoria, sobre todo si se compara con el presupuesto que deben gastar. Tras realizar un cálculo basado en el sueldo mínimo, se estima que solo en el pago de salario de cada trabajador, por día, tienen que destinar Bs. 10.815,4, mientras que al mes, por la cancelación del sueldo de los 44 empleados del lugar, estos gastos ascienden a al menos Bs.14.323.909. Es decir que no quedaría ni un bolívar para comprar los alimentos, productos de higiene y limpieza, medicamentos y vestuario que requieren los pacientes.

Por otra parte, de acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros –Cendas-, para julio de este año, la canasta básica para cinco personas tenía un valor de Bs. 2.043.083,39.    Para las 90 personas del centro de rehabilitación psiquiátrico se requerirían un aproximado de 36.775.501,02 bolívares, para poder adquirir todos los productos (de salud, alimentación e higiene)  que integran la canasta.

EN CRISIS. El instituto se encuentra en crisis, afirma Sánchez. No solo enfrentan el elevado costo de los insumos alimenticios, también se ven afectados por la escasez de fármacos adecuados para la atención de los pacientes, además, cuando los consiguen estos suelen tener precios tan exorbitantes que igual no los pueden adquirir. Para atender a los enfermos les toca “hacer milagros” y apelar por la solidaridad de personas de buen corazón que aporten su ayuda al centro.

La mayoría de los pacientes del IPR no tienen familiares ni nadie que pueda colaborar con el organismo, son tomados como casos sociales de los cuales se encarga directamente de la institución. Estos problemas han conllevado a su cierre.

De toda el área de salud, los pacientes psiquiátricos estarían siendo los más marginados, pues, aparte de enfrentar la elevada escasez de medicamentos, tienen que ser recluidos en lugares que ya no se encuentran lo suficientemente aptos para su atención, debido al déficit presupuestario que enfrentan.

La situación es grave, de acuerdo con voceros del centro de rehabilitación psiquiátrica (que prefirieron resguardar su identidad) en marzo de este año en la institución había recluidos aproximadamente 150 pacientes, seis meses después solo quedan 90, algunos han sido enviados a casa de sus familiares, otros han muerto por diversas causas, la cifra se desconoce.

De acuerdo con la directora del psiquiátrico de Peribeca las muertes estarían asociadas al estado de deterioro psíquico del mismo paciente, “se le asocian algunas patologías, cardiacas, renales, entonces eso incide en que en algún momento dado al paciente le dan infartos, accidentes cerebro vasculares y muere”. Explica que la mayoría de personas padece de trastornos débiles mentales, esquizofrenia, depresión, epilepsia o son maniacos depresivos, y con el paso del tiempo a estas enfermedades se le asocian otras patologías médicas, lo cual lleva a la aparición de desnutrición, problemas digestivos, diabetes y demás.

SIN MÁS ALTERNATIVAS. Ante el cierre de IPR de Peribeca, el único ente psiquiátrico de este tipo en el estado Táchira, el otro centro de atención para personas con enfermedades mentales  que queda disponible en la entidad es la Unidad de Pacientes Agudos –UPA- del Hospital Central de San Cristóbal, pero allí también se estaría atravesando por una situación crítica.

De acuerdo con el médico psiquiatra y psicoterapeuta del Servicio de Salud Mental del Hospital Central, Juan Carlos Echeverri, en UPA se encuentran recluidos una gran cantidad de pacientes crónicos que deberían estar recluidos en el IPR  de Peribeca, además, en el lugar también afrontarían una escasez de medicamentos que alarga los tiempos de hospitalización.

La situación los ha limitado, pues tampoco cuentan con el apoyo suficiente para dar la atención adecuada. Por ahora una de las alternativas que aplican ante la escasez de fármacos es la psicoterapia.

Echeverri señala que en la actualidad han incrementado las necesidades de hospitalización para desintoxicación por consumo de drogas y alcohol, y atender todos estos casos se ha convertido en un reto, a su juicio “estamos fracasando mucho con estos pacientes”.

“Se da muy poquita  ayuda, pero el paciente al darse cuenta de ello tampoco está buscando el apoyo. No sé qué  va a pasar con los pacientes, si se enfermarán o más o menos… Pero ese proceso se está llevando a cabo, los pacientes vienen y como  no hay medicamentos entonces dejan de venir”, confiesa.

OLVIDADOS. Pocas personas pueden ingresar al área donde se encuentran recluidos los pacientes. Allí solo los pueden ver quienes se dedican a atenderlos. Ese aislamiento al que se encuentran sometidos debido a su estado mental solo ha servido para invisibilizarlos a ellos y sus necesidades, pues aunque muchas veces se denuncia la situación en la que se encuentran, el asunto se deja atrás, sin darle una solución verdadera.

En una de las paredes del centro psiquiátrico del Peribeca es posible leer: “Una institución que acoge a los que otros olvidaron”. Allí en medio de un hermoso paisaje de verdes montañas y frondosos árboles, permanecen olvidados y aislados 90 venezolanos, quienes no tienen más opción que esperar a que alguien los recuerde y los ayude.

 

Incrementan las adicciones debido a problemas del país

Los diferentes problemas económicos, políticos y sociales que deben afrontar los venezolanos día a día  no son fáciles de sobrellevar. Algunas personas se irritan más, otras se muestran intolerantes ante quienes piensan diferente,  y así todos asimilan la crisis de manera diferente. Según la Organización Mundial de la Salud al menos 4,4% de la población venezolana sufre de desórdenes de ansiedad, y de acuerdo con el médico psiquiatra y psicoterapeuta del servicio de Salud Mental del Hospital Central, Juan Carlos Echeverri, han incrementado las adicciones y los niveles de ansiedad a causa de esta situación.

Echeverri, quien asegura que la depresión no ha aumentado, pues esta se relaciona más con los procesos de libertad, sostiene que a causa de los problemas de ansiedad que enfrenta la población en la actualidad han aumentado el consumo de alcohol y de drogas.

Refiere que las necesidades  de rehabilitación, de grupos de 12 pasos, de hospitalización para desintoxicación  “son bárbaras” en este momento.

¿Cuándo buscar ayuda?

Aunque muchas personas pasan por momentos de dificultad, cuando lo que se ve afectado es su bienestar mental, no todas buscan ayuda, pese a que varias de ellas no tienen la capacidad para lidiar solas con cada una de las situaciones y problemas que afronta.

Echeverri asevera que son esas personas las que deben buscar ayuda. Señala que, por ejemplo, hay personas que cuando afrontan un duelo, se quedan apegadas a esa persona que se fue, y esto les impide trabajar o desarrollar sus actividades habituales,  “ellos no deberían tratar de vivir ese duelo por su cuenta, deberían buscar ayuda”, dice el especialista.

El psiquiatra expone que la salud mental va más allá de un bienestar y equilibrio en cuanto a la salud, y en más bien se relaciona “con la capacidad que tiene una persona de funcionar normalmente y adaptarse a la sociedad”.

Mantener una buen salud mental es  importante, pues esta se relaciona con otro problemas patológicos, tal es el caso de las enfermedades somáticas, las cuales, indica Echeverri tienen siempre un desencadenante  psicológico. Explica que “lo genético y lo ambiental es insuficiente para generar la enfermedad, y el desencadenante psicológico (una pelea con la pareja, un problema) vendría a ser como la tercera pata del trípode que te produce la enfermedad… Eso  significa que una persona que en realidad sienta que los conflictos le afectan mucho sí debería tener  ayuda psicológica y muy posiblemente psicoterapéutica”.

 

****  Dato

322 millones de personas en el mundo sufren depresión. Según datos de la Organización Mundial de la Salud esta enfermedad ha incrementado en 18 % durante la última década. La depresión es la primera causa entre las muertes por suicidio, presentando unas 800 mil al año.

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