La vida de los pacientes renales depende de máquinas que requieren del servicio eléctrico para funcionar. Es por ello que la preocupación ante las fluctuaciones y apagones que se vienen suscitando a nivel general les preocupa a las personas que recurren a terapias renales al Centro de Diálisis San Cristóbal.
«Si no tenemos luz , no tenemos tratamientos para ellos, porque lamentablemente aquí no tenemos planta y no tenemos otra alternativa que desconectarlos y que se vayan para su casa. Es preocupante porque es la vida de un ser humano que depende de su tratamiento hemodialítico», relató Zenaida Depablos, quien labora en este centro asistencial.
A lo largo de la semana pasada y en esta que comienza en flexibilización los apagones generales han sido constantes y afectan al circuito donde se ubica este centro de diálisis.
Hernan Rodríguez, acude de manera constante a sus terapias y ha visto como a lo largo de las últimas semanas otros pacientes no se han podido realizar sus tratamientos.
«Hay pacientes que se pueden descompensar, se llenan de toxinas y líquidos; uno debe hacerse la diálisis día por medio», contó Rodríguez.
En medio de la pandemia otro problema que les afecta es la falta de transporte en semana de restricciones, pues muchos no tienen vehículo propio ni recursos para pagar un taxi, por lo que se ven obligados a llegar caminando a sus diálisis.