Una de las cosas más alarmantes con el Covid es el aumento de la pobreza. En efecto, se calcula que la pandemia podría llevar a otros 150 millones de personas a la pobreza extrema en todo el mundo (1). Simultáneamente el patrimonio neto promedio de las 400 personas más ricas de Estados Unidos aumentó 8 % mientras que la fortuna de los 15 multimillonarios que más vieron aumentar sus ganancias se disparó 40 % (2). El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres (nac. 1949 en Portugal), a mediados de julio 2020 denunció la desigualdad en el planeta y declaró: “las 26 personas más ricas del mundo poseen tanta riqueza como la mitad de la población mundial” (3). En tal sentido es ilustrativo referir que el multimillonario estadounidense Jeff Bezos (nac. 1964), que tiene un patrimonio de más de 200 mil millones de dólares, ganó en un solo día 13 mil millones de dólares (4). Se calcula que en el planeta hay unos 7.700 millones de habitantes y entonces Bezos, con lo que ganó en un solo día, podría regalar aproximadamente 1,5 dólares a cada habitante. La organización humanitaria internacional Oxfam, refiere que mientras la pandemia está aumentando la pobreza y el desempleo en América Latina, también están aumentando las mayores fortunas de los grandes multimillonarios. Al menos 73 de los multimillonarios que existen en América Latina y el Caribe, han incrementado conjuntamente sus fortunas en unos 48.200 millones de dólares entre marzo y junio de 2020. Brasil es el segundo país con más casos de Covid después de Estados Unidos, y según Oxfam hay 42 multimillonarios brasileños que incrementaron sus fortunas desde marzo de 2020 hasta inicios de julio conjuntamente en un total de 34 mil millones de dólares. Oxfam se basó en datos de la revista Forbes. (5).
Mi mundivisión es científica y solamente creo en la teoría evolutiva darwiniana que explica el origen y existencia de todos los seres vivos, incluyendo nuestra especie. No obstante, es importante conocer la actitud del cristianismo ante las excesivas desigualdades. En el Nuevo Testamento, en ‘Hechos de los Apóstoles’, en la sección titulada: ‘La vida de los primeros cristianos’, se dice : “todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas ; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno” (Hechos de los Apóstoles 2: 44 – 45). Un poco más adelante, en la sección titulada: ‘todas las cosas en común’, se dice: “Así que no había entre ellos ningún necesitado ; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles ; y se repartía a cada uno según su necesidad” (Hechos de los Apóstoles 4: 34 – 35). Luego, en ‘2 Corintios’ se dice: “….para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad” (2 Corintios 8: 14). Resulta demasiado obvio que las primeras comunidades cristianas practicaban un comunismo.
Por otra parte, el teólogo y filósofo italiano Santo Tomás de Aquino (1225-1274) elaboró obras que están consideradas como la base doctrinal de la Iglesia Católica Romana. Una de sus principales obras es: ‘Summa Theologiae’ (1266-1273) y vamos a reproducir dos pasajes escogidos : “Respecto al que da, debe notarse que él debería dar lo que tenga en exceso, de acuerdo a lo que se dice en Lucas XI: 41 : “Pero dad limosna de lo que tenéis” […] Como no es posible que una sola persona alivie las necesidades de todos, nosotros no estamos obligados a aliviar a todos los que tengan necesidad, sino solamente a esos que no recibirían socorro si nosotros no los socorremos. Porque en tales casos se aplican las palabras de Ambrosio “Dale de comer al que muere de hambre: si tú no lo has alimentado, entonces tú lo has asesinado” (‘Summa Theologiae’, II-Parte Segunda, Pregunta 32, Art. 5). Más adelante Santo Tomás dice: “Lo que algunas personas tengan en superabundancia, debe ser, por ley natural, para el propósito de socorrer al pobre. Por esta razón Ambrosio dice, y sus palabras están en los “Decretos” : “Es el pan del hombre hambriento el que tú te estás quedando, el vestido del hombre desnudo el que tú has almacenado, el dinero que tú entierras en la tierra es el dinero que puede rescatar y liberar al pobre”. No obstante, en vista de que hay muchos que tienen necesidad, como es imposible poder socorrer a todos con un mismo recurso, cada uno debe hacer lo que pueda con sus propios recursos, de manera que con ellos pueda ayudar a los que están en necesidad. Sin embargo, si la necesidad es tan manifiesta y urgente que se hace evidente que esa necesidad debe ser remediada con cualesquiera medios que estén a la mano […] entonces es correcto que un hombre resuelva su propia necesidad por medio de la propiedad de otro, y la tome bien sea abiertamente o secretamente; hablando adecuadamente, eso no es robo ni ladronería” (‘Summa Theologiae’, II-Parte Segunda, Pregunta 66, Art. 7).
En estos pasajes queda muy claro que Santo Tomás de Aquino nunca aprobaría la obscena desigualdad. NOTAS: (1) CNN, 8/11/20 (2) BBC 1/11/20 (3) Noticiero Digital, 18/07/20 (4) El Cooperante, 23/07/20 (5) Noticiero Digital, 27/07/20
Ernesto Rodríguez (ernestorodri49@gmail.com)