El escritor inglés Edward Fitzgerald (1809-1883) publicó una colección de aforismos titulada: ‘Polonio’ en el año 1852 y entre otros proverbios narra uno atribuido al legendario rey judío conocido como el Rey Salomón (aprox. 988-928 A. de C.), famoso por su sabiduría. En el proverbio se cuenta que un hombre muy rico le preguntó a Salomón por una máxima que fuera aplicable en todos los momentos y que fuera cierta tanto en situaciones de adversidad como en situaciones de prosperidad. Entonces Salomón le presentó la siguiente sentencia: “Y esto también pasará” (1). En efecto, tanto las situaciones malas como las buenas en algún momento desaparecen. Abraham Lincoln (1809-1865) en un ‘Discurso ante la Sociedad de Agricultura del Estado de Wisconsin’ el 30 de septiembre de 1859 se refirió a ese proverbio y dijo: “¡Cuánto expresa! ¡Cuán lapidario en momentos de altivez! ¡Cuán consolador en momentos de aflicción!”.
Es verdad que todo cambia pero a veces una situación mala cambia y no es para mejorar sino para empeorar. En el caso del Covid, podríamos imaginarnos algunos escenarios hipotéticos: 1) En el mejor escenario imaginable, todos los habitantes del planeta serían vacunados y eso muy probablemente disminuiría la mortalidad por Covid. Pero recordemos que no se sabe con certeza cuánto tiempo dura la inmunización que proporcionan las vacunas. Además, las vacunas no evitan el contagio y solamente ayudan a que la persona genere anticuerpos contra el coronavirus y disminuya la probabilidad de morir. Entonces podría suceder que después de un tiempo se originen por mutaciones genéticas nuevas variantes del coronavirus resistentes a las vacunas y tales variantes podrían ser seleccionadas favorablemente por Selección Natural Darwiniana, ya que serían más capaces de propagarse. Recordemos siempre que la lógica de todo ser viviente estriba en sobrevivir y reproducirse. De hecho, ya se ha comprobado que la eficacia de algunas vacunas está disminuyendo. En efecto, Pfizer-Biontech ha confirmado que la eficacia de su vacuna ha disminuido al 64 % (2). Según muchos epidemiólogos el Covid llegó para quedarse y entonces cada año habría que estar elaborando nuevas vacunas para neutralizar las nuevas variantes (3). No obstante, la probabilidad de que todos los habitantes del planeta sean vacunados es prácticamente nula. 2) Un segundo escenario imaginable es que todos los habitantes cumplan estrictamente con normas de prevención: Uso del barbijo, distancia interpersonal, evitar aglomeraciones, etc. En ese caso, las variantes menos agresivas y menos mortíferas serían seleccionadas favorablemente por Selección Natural. En el pasado artículo: ‘¡Es la Evolución Darwiniana del Coronavirus!’ (23/07/21) vimos que eso es lo que sucedió con el retrovirus del Sida cuando las personas comenzaron a tomar precauciones contra el contagio. No obstante, la gente se cansa de cumplir normas de prevención contra el coronavirus y además la experiencia indica que muchas personas no cumplen con ninguna norma y entonces este escenario hay que descartarlo. 3) Un tercer escenario más realista es que las cosas sigan como han estado ocurriendo hasta ahora, y sobre todo en los países más pobres muchos habitantes no sean vacunados y continúe el contagio masivo y una tasa de mortalidad por Covid, quizá con nuevas variantes de coronavirus que surjan por mutación y puedan ser más transmisibles y hasta más mortíferas, y sean seleccionadas favorablemente por Selección Natural. Eso significaría que la epidemia de Covid durará todavía un tiempo causando estragos. Recordemos la ‘Gripe Española’. El primer caso conocido fue el 4 de marzo de 1918. Se cree que ese virus tuvo una mutación o varias mutaciones que lo hicieron más mortífero y en un solo año se calcula que murieron entre 20 y 40 millones de personas con una elevada mortalidad infantil. Se calcula que entre 1918 y 1920 murieron entre el 10 % y el 20 % de los infectados y eso significaría que entre un 3 % y un 6 % de la población mundial pudo morir por esa pandemia (4).
Por otra parte, uno de los temas más bellos de la teoría biológica evolutiva es el concerniente a la ‘coevolución’, es decir, la evolución conjunta de varias especies. Yo siempre daba como lectura a mis estudiantes de la asignatura ‘Evolución’, que impartí desde 2002 hasta 2017 en el NURR-ULA, un escrito que elaboré sobre ‘coevolución’ (5). Muchas veces los cambios en una especie ocasionan cambios en otra especie. Hay varios tipos de coevolución, pero la que nos interesa aquí es una coevolución antagónica entre parásito y especie hospedadora de ese parásito. En ese caso puede suceder que el parásito evolucione para ser más eficaz como parásito y el hospedador en respuesta también evolucione para ser más eficaz en su defensa para neutralizar al parásito. El resultado de esa ‘carrera’ puede ser la extinción de una especie, pero también puede ocurrir que ambas evolucionen y evolucionen sin que ninguna derrote a la otra. En tal sentido vamos a recordar la extraordinaria obra del escritor inglés Lewis Carroll (1832-1898) titulada: ‘Alicia a través del espejo’ (1871). Alicia conoce a la Reina Roja, y en uno de los episodios las dos comienzan a correr y correr: “Alicia nunca pudo explicarse, pensándolo luego, cómo fue que empezó aquella carrera; todo lo que recordaba era que corrían cogidas de la mano y de que la Reina corría tan velozmente que eso era lo único que podía hacer Alicia para no separarse de ella; y aun así la Reina no hacía más que jalearla gritándole : “Más rápido, más rápido” y aunque Alicia sentía que simplemente no podía correr más velozmente, le faltaba el aliento para decírselo. Lo más curioso de todo es que los árboles y otros objetos que estaban alrededor de ellas nunca variaban de lugar: por más rápido que corrieran nunca lograban pasar un solo objeto”. Luego Alicia le preguntó a la Reina Roja sobre esa carrera tan extraña y le dice: “Pero ¿Cómo? ¡Parece que hemos estado bajo este árbol todo el tiempo! ¡Todo está igual que antes!”. Entonces la Reina Roja le responde: “Lo que es aquí, como ves, hace falta correr todo cuanto una pueda para permanecer en el mismo sitio…” (Cap. 2)… Entonces un posible escenario de la coevolución entre dos especies es el conocido como ‘Hipótesis de la Reina Roja’. El biólogo evolucionista norteamericano Leigh M. Van Valen (1935-2010) en el año 1973 planteó una ‘nueva ley evolutiva’ que, para fines didácticos podemos referir con las siguientes palabras: En referencia a un sistema evolutivo, se requiere que una especie esté continuamente adaptándose para que pueda mantener su aptitud relativa en ese sistema en el cual esté evolucionando. Dicho en otras palabras, la ‘Hipótesis de la Reina Roja’ describe situaciones en las que hay un constante cambio evolutivo en respuesta a un ambiente que está cambiando continuamente: Las especies deben evolucionar (‘correr’) para poder permanecer en el mismo lugar.
Vamos a ver el ejemplo de la Mixomatosis. Australia no tenía conejos y a mediados del siglo XIX se introdujeron unos pocos que se multiplicaron rápidamente y a mediados del siglo XX ya había unos 500 millones. En el año 1950 se introdujo el virus Myxoma para controlar la población de conejos. El virus al principio era muy virulento (mataba muy rápidamente al conejo) pero poco tiempo después se volvió menos virulento. La explicación es la siguiente. El virus era transmitido de un conejo a otro por medio de mosquitos que chupan sangre de conejos infectados y luego transferían el virus a conejos no infectados cuando les chupaban sangre. Entonces se podría esperar que el virus desarrollara una virulencia muy baja para que el conejo viviera más tiempo y aumentara la posibilidad de transmisión a otros conejos. Pero eso no ocurrió así, porque la transmisión del virus por medio del mosquito se maximiza cuando el conejo tiene muchas lesiones repletas de virus y los mosquitos chupan sangre en esas lesiones. Entonces el virus Myxoma necesita tener un cierto nivel de virulencia para ser transmitido a un nuevo conejo. No es bueno para el virus ser demasiado virulento (matar rápido al conejo) ni ser muy poco virulento. Si es demasiado virulento y mata muy rápido al conejo, entonces disminuye su probabilidad de ser transmitido a otros conejos no infectados. Pero si es muy poco virulento, entonces el conejo tendrá muy pocas lesiones y el virus no será transmitido lo más posible a otros conejos no infectados. Para el virus es bueno que el conejo tenga un cierto número de lesiones.
Pero la población de conejos desarrolló por Selección Natural más resistencia al virus, y entonces la población del virus desarrolló por Selección Natural una mayor virulencia, de manera de mantener la mayor transmisión posible por medio de los mosquitos que chupaban sangre en las lesiones. Eso se comprobó porque cuando se comparó la población de conejos de Australia con poblaciones de conejos de otras partes, se detectó que los de Australia eran más resistentes al virus. Pero también se encontró que la virulencia del virus Myxoma primero disminuyó (debido a la mayor resistencia de los conejos) pero luego aumentó para compensar esa mayor resistencia de los conejos y lograr que los conejos tuvieran un número de lesiones que permitiera la mayor transmisión del virus. Vemos que hubo una coevolución entre parásito y hospedador.
En el caso del humano y el coronavirus, aunque no nos vacunemos, es posible que nuestros linfocitos B productores de anticuerpos también muten para neutralizar al coronavirus. Es decir, puede haber una coevolución entre humano y coronavirus (6). De todas formas, la especie humana tiene la capacidad de recurrir a la ciencia en su batalla contra los microrganismos. Por ejemplo, con muchas enfermedades ocasionadas por bacterias, el humano ha fabricado antibióticos y las bacterias han desarrollado resistencia a esos antibióticos por Selección Natural, pero el humano ha estado desarrollando nuevos antibióticos y así por el estilo. Es como una carrera armamentista. En fin, en el futuro quizá haya una combinación de coevolución biológica (entre humano y coronavirus) y uso de nuevas vacunas cada año para enfrentar las nuevas variantes. También será muy importante que los humanos desarrollen hábitos de vida saludables para fortalecer su sistema inmunológico. NOTAS: (1) Pag. 335 en Gregory Y. Titelman (1996) ‘Popular Proverbs and Sayings’. Gramercy Books (2) Agencia Efe, 8/07/21. También véase: ‘Así lucha el coronavirus contra las vacunas para intentar escapar a ellas’ ‘The Conversation’, 21/07/21. (3) ‘El Covid-19 quizás no se vaya nunca: ¿Cómo aprenderemos a convivir con él?’ BBC News, 21/07/21 (4) ‘Pandemia Gripe Española’. Wikipedia (5) En el caso de que alguna lectora o lector quiera leer este escrito me lo puede solicitar por correo y se lo enviaré. (6) Véase Nota 2