Las sanciones financieras inmovilizan recursos del Estado venezolano en territorio estadounidense, impiden al gobierno realizar transferencias bancarias y gestionar créditos, mientras que las sanciones comerciales prohíbe a las empresas estadounidenses -o extranjeras con negocios en EEUU- el comercio de bienes y servicios con Pdvsa y otras empresas públicas.
Quienes sean descubiertos haciendo negocios con el gobierno corren el riesgo de ser acusados de conspiración y terminar sancionados. Como es difícil saber si una empresa privada tiene alguna triangulación con una empresa pública, entonces proveedores y clientes internacionales prefieren no correr el riesgo y suspenden unilateralmente sus relaciones económicas con Venezuela. La banca estadounidense ha restringido operaciones con clientes venezolanos, sin distinguir si son empresas públicas o privadas.
La sobreaplicación de las sanciones ha generado efectos colaterales no deseados en las empresas privadas. Salvo contadas excepciones, estos daños no suelen ser reconocidos públicamente por los líderes y voceros del sector privado. No quieren ser considerados una caja de resonancia de la narrativa oficialista que atribuye a las sanciones la causa de la crisis, ni que los utilicen como pretexto para ocultar la responsabilidad que tiene la nefasta política de controles, expropiaciones y corrupción en la debacle de la economía nacional.
Salvo contadas y valientes excepciones, la mayoría de los empresarios prefieren mantener un bajo perfil, sin advertir públicamente los daños que causan en sus negocios la extralimitación de las sanciones económicas. En muchos líderes empresariales y dirigentes gremiales hay temor a pagar los costos reputacionales y ser linchados en las redes sociales por los guerreros del teclado y los sicarios de twitterlandia por atreverse a cuestionar y proponer correctivos a los daños colaterales que causa la sobreaplicación de las sanciones en la empresa privada venezolana. Y este silencio de los gremios empresariales termina afectando la defensa de los intereses económicos de las empresas que representan.
A fin de profundizar en el análisis de este tema, en este nuevo episodio de la serie Conversaciones Estelares con Líderes Empresariales, hemos invitado a María Carolina Uzcátegui (@muzcategui), ex Presidenta de Consecomercio y valiente voz de la mujer emprendedora, que prioriza los intereses del aparato productivo y la empresa venezolana por encima de intereses subalternos y mezquinos de la politiquería nacional que llama a endurecer y prolongar las sanciones económicas, aún al precio de generar efectos no deseados sobre las empresas privadas, organizaciones humanitarias y hogares venezolanos. Vea la conversación completa en el canal YouTube de #PedagogíaEconómica https://youtu.be/oOWU4cEC-7s