Coronel Sandalio Ruz, varón de acciones nacionalistas y republicanas | Por: Oswaldo Manrique Ramírez

Sandalio acompañó al General Araujo,  “León de la Cordillera”, en su campaña contra las fuerzas liberales en 1871.

 

En los cantos de Concio Rivas, en el Sicoque del Páramo de La Puerta, llegué a escuchar el nombre de Sandalio Ruz, sobre todo el estribillo de “échenme el bicho a quemar”, de María de la Paz; de eso han pasado unas cuantas décadas. El silencio o la escasa referencia de historiadores,  intrigan averiguar la vida y  personalidad de este dirigente de montoneras.

El legendario coronel José Sandalio Ruz,  fue varón de acciones reales y valientes, comprobables, de sus causas nacionalistas y republicanas, que las leyendas fueron transmitiendo. Cuando apenas tenía 15 años,  Sandalio acompañó al general Araujo,  “León de la Cordillera”, en su campaña contra las fuerzas liberales en 1871.  En aquellos tiempos, contaba Doña María Mariana Ruz, que su mamá Ramona, nativa de  los Aposentos  y sobrina de Sandalio, decía que la violencia se aprendía y se vivía en los mismos caseríos y en pueblos vecinos; desde niños aprendían a ser responsables de sus acciones, quien desafiaba, insultaba o agredía, debía pelear a palos, se “tiraba la divisa”, que era poner una sábana blanca en el sitio, que limitaba el espacio de los dos bandos, al estar la “divisa”, procedían a pelear y se mataban con machetes, puñales, navajas, cualquier artefacto cortante o punzo penetrante, porque como lo ratifica la memoria oral, la Cordillera de la Culata, no perdona.

Historiadores han reseñado su revolución goda, cuando asumiendo el poder Emigdio González y los liberales en Trujillo, sus tierras  y bienes en La Puerta, fueron saqueados; él, aun sin el apoyo de los “ponchos”, le ordenó a Mitrídates Volcanes, su hombre de confianza, organizara la visita a El Burrero, y se presentó allí con su tropa campesina, saqueó la posesión de los González, como cobro por  los desmanes liberales en su contra y  de su familia, y de otros vecinos; enfrentó así a las famosas acciones de gobierno de la “Gonzalera”; allí quedaron destruidos todos los instrumentos del médico Manuel, que pensaba montar su laboratorio, y los libros jurídicos del Dr. Rafael González Pacheco, ambos recién llegados de Francia.

Otro episodio de su gallarda vida de cabecilla de montoneras, el caso específico del alzamiento de varios caudillos locales, entre ellos, Sandalio Ruz, productor del agro, participando con su montonera parameña  entre  1913-1916, contra la dictadura gomecista entreguista del petróleo y del territorio. Acompañó a los rebeldes nacionalistas, en la toma militar de Timotes, que a la final, fueron presos. Sandalio, logró escapar de la persecución gomecista;  episodio que Mitrídates Volcanes, su lugarteniente, según lo narró su nieto el profesor Carlos Volcán,  apenas se le percibía decir, en forma muy lenta: ¡Fue la guerra de los 15 días!  ¡Fue la guerra de los quince días!

Sobrepasando los 40 años de edad, no participó en revueltas, se dedicó a sus actividades privadas, pero como todo taita, nunca le faltó gente desvalida que acudía con problemas, en busca de justicia, para que se los solucionara. Entre Carmania y Valera, existía una posada para viajantes, arrieros, comerciantes. El dueño de la posada, comenzó a matar a los que llegaban con grandes cargamentos, desparecía los cadáveres y vendía la mercancía. Una viuda de esas víctimas, buscó a Sandalio, para que le arreglara el problema. El coronel se buscó a Mitrídates y a otro de sus secuaces y se fue una noche a Carmania donde el posadero, y definitivamente arregló el asunto, el posadero amaneció muerto, decapitado. Allí, no volverían a desaparecer los viajeros, ni se perderían las mercancías.

De las bocas de María Antonia Carrizo, su esposa, ni de sus familiares nunca se supo donde fue enterrado el Coronel; fue  un gran pacto de silencio, que se convirtió en la leyenda del cadáver perdido. La Partida de Defunción, que logramos localizar, indica: <<Carlos José Sosa, primera autoridad civil del Municipio de La Mesa, hago constar: que hoy día quince de marzo de mil novecientos veinte y nueve, se ha presentado ante mi Nicolás Ruz, mayor de edad, agricultor y domiciliado en el Municipio de Jajó, manifestando: que ayer a las doce del día falleció en esta jurisdicción su legítimo padre José Sandalio Ruz, y de las noticias que ha podido adquirir aparece que el finado murió de Reumatismo agudo, a la edad de setenta y tres años, natural de la ciudad de Timotes, y domiciliado en este Municipio, de profesión agricultor, hijo legítimo de José Ysidoro Ruz y de Carmela Ruz (difuntos) que al tiempo de su fallecimiento estaba casado con María Antonia Carrizo, mayor de edad, de oficios domésticos y domiciliada en este Municipio>>. Ya casi para completar un siglo, encontraron la tumba de Sandalio.

En el contexto de la insurrección parameña de 1914, este personaje se transformó en un héroe campesino, y una de las figuras más destacadas de la lucha anti feudal y antiimperialista de comienzos del siglo XX. Sandalio Ruz, alguien a quien se debe dignificar, por justicia histórica.

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