Convenios entre concejales de Psuv y de la Alianza Democrática acaban con la pluralidad

El escenario de que en cuatro municipios del Táchira hubo convenios entre concejales del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y de la Alianza Democrática para la elección de las nuevas juntas directivas, puso de manifiesto, según el analista político Carlos Casanova, que ya no se exige la representación de la pluralidad, ni de las minorías

Durante la elección de la directiva del Concejo Municipal de San Cristóbal, el edil Pedro López dio su apoyo al Psuv. Foto: Luzfrandy Contreras

La elección de la junta directiva de los concejos municipales en los municipios San Cristóbal, Junín, Simón Rodríguez y Torbes del estado Táchira, estuvieron marcadas por una nueva estrategia para que ciertos dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) pudieran llegar a la presidencia o vicepresidencia: la coordinación entre concejales de la Alianza Democrática y el partido de gobierno.

El primer caso ocurrió en el municipio San Cristóbal, cuando el concejal Pedro López decidió votar a favor del edil Yeison Useche (Psuv). Las críticas no se hicieron esperar de parte de los concejales de oposición quienes lo acusaron de ser aliado del partido de gobierno. Situación que fue negada no sólo por López, sino que también salió a su defensa el director de Política de la Gobernación del Táchira (Psuv), Williams Parada.

Después de que esto ocurriera, en el municipio Simón Rodríguez las concejales de Copei (intervenido por el Tribunal Supremo de Justicia -TSJ-) Nancy Méndez (presidenta reelecta) y Solanyi Morales, postulan y nombran como vicepresidente del Concejo Municipal, a la edil Elba Omaña del Psuv (única representante de este partido). En este caso tampoco se cumplió el acuerdo de rotar las presidencias y las vicepresidencias cada año.

En el municipio Junín, los acuerdos no fueron con la Alianza Democrática, sino con un concejal de la Unidad. Cuando se hizo la postulación de la propuesta de los concejales de la Plataforma Unitaria para la elección de la nueva junta directiva del Concejo Municipal, un concejal de Acción Democrática dirigida a nivel nacional por Henry Ramos Allup, se autopostuló presidente.

Al ir a la elección, la propuesta de la Unidad saca cuatro votos, el edil de AD saca dos votos: el suyo y el del Psuv, y el concejal de AD de la Alianza Democrática, manifestó que no apoyaba a ninguna propuesta para la presidencia, pero si la vicepresidencia, secretaría y subsecretaría de la Plataforma Unitaria, quedando en evidencia la alianza entre el concejal de la tolda blanca y el Psuv.

En Torbes el escenario fue distinto. Las alianzas entre concejales del Psuv y dos concejales de oposición fue para nombrar una directiva diferente a la planteada por el partido de gobierno, logrando que esa nueva propuesta fuera electa en la directiva, pero por presiones dentro de la tolda roja los nuevos presidente y vicepresidente renunciaron al día siguiente, haciendo una nueva elección y quedando los que inicialmente habían sido postulados.

Estas jugadas dentro del plano político de las cámaras municipales no habían sido vistas. Por lo general, el Psuv llevaba sus propuestas y la oposición (aunque fueran minoría) las suyas. Siendo siempre un reclamo habitual, que hubiera representación de las minorías en las juntas directivas, lo que no ha sido respetado por la tolda roja hasta el momento.

Pero en esta oportunidad fue distinto. No hubo pronunciamiento de esos concejales abogando por las minorías o dando una razón política que explicara el nuevo modelo de votación, sino que se unieron a los planteamientos del partido de gobierno.

Exigencia de pluralidad

Para el analista político y docente de la Universidad de Los Andes (ULA), Carlos Casanova, las alianzas deberían responder a un propósito, y en este caso considera que debería ser la pluralidad, es decir, la representación de todos en las juntas directivas.

 

“Aquí es importante destacar lo siguiente. La Asamblea Nacional, por ejemplo, de mayoría oficialista, copa para sí todos los cargos de la directiva, demostrando que tiene poco interés por la pluralidad política. Entonces, cuando alguien de la Alianza o de un partido opositor solamente suma su voto por sumarlo, no está haciendo ni oposición, ni gobierno. Está haciendo una votación, se suma a un acto de votación, en donde a título personal cambia de postura, toda vez que cuando el voto no cambia las decisiones lo que estoy es identificándome con esa posición”.

Indicó que ni el Partido Socialista Unido de Venezuela da esa pluralidad, ni los partidos de oposición la exigen, por lo que el cuento de votar por alguien porque es amigo, no son argumentos de carácter político, sino que aleja el debate político real.

“Estos actos de votar sin justificación política, lo que va haciendo es un daño a la política, porque entonces da lo mismo que sea del Psuv o de la Alianza, si al fin y al cabo están en lo mismo. Es parte de la funcionabilidad. Por ejemplo, cuando uno ve en la Asamblea Nacional que aprobaron la Ley de Presupuesto y que todos la aprobaron, y se habla entonces que a los maestros no les aumentaron, ni al sector público trabajador le aumentaron el salario, y ve luego a los diputados hablando del aumento que ellos no defendieron en el cuerpo legislativo, entonces pone en duda la funcionabilidad de los cuerpos legislativos por falta de oposición política”, explicó.

Para Casanova esto es peligroso, porque la oposición política en los cuerpos beligerantes es para debatir, no para estar todos permanentemente en la unanimidad de acuerdo. Acota que esa postura hegemónica es la que la oposición debe reclamar.

Abonando el Estado comunal

El docente universitario indica que, al no asumir una posición política, la dirigencia se acostumbra a los cuerpos legislativos del comunismo, que es estar para que nada suceda, nada cambie y para que no hables cuando debes, lo que desdibuja las funciones de los parlamentos y abona al proceso de instalación del Estado comunal, que pasa por la eliminación de la pluralidad y la eliminación de los partidos políticos.

“El criterio político indica que se es oposición para algo, y no es necesariamente de que se vote en contra de los que van a quedar. Es exigir a la representación de la pluralidad, es exigir la representación de las minorías, porque se es minoría por algo, y ese caudal de votación necesita tener reclamos de carácter político de forma permanente. Una de las cosas más peligrosas que sucede hoy en la política venezolana, es que ya no hay vocerías, ya nadie habla de los problemas desde el punto de vista de las soluciones”, indicó el analista.

Explicó Carlos Casanova que este “desuso” le interesa sólo al proceso revolucionario porque no hay parlamento de control, sino de escucha y aprobación, más no de modificación, debate y exigencias.

 

 

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