Zulma López /DLA.- El calzado colombiano y chino que ingresa por contrabando al país mantiene a las fábricas del Táchira prácticamente a punto de desaparecer, pues lo que se elabora en el estado no puede competir con los bajos precios de esa mercancía.
Martha Arciniegas de Sánchez tiene más de 40 años en el ramo, y asegura que anteriormente tenía cómo mantenerse, pero hoy en día está atravesando una grave dificultad debido al contrabando que ha golpeado al sector que actualmente no produce ni la mitad de hace unos 13 años. Arciniegas relató que tienen que comprar la materia prima en Colombia y eso genera gastos por lo que se les hace imposible competir con los productos que llegan al país sin ningún tipo de permiso.
“Nosotros tenemos que tener Sencarmer, Sapi, REM, todo eso y aquí al Táchira sobretodo y al centro del país ingresan zapatos de contrabando que no tienen ningún tipo de permisos, ni pagan ningún tipo de aranceles, es contrabando totalmente”, indicó la comerciante.
Contó que ofrecen hasta 100 pares de zapatos chinos en 300 dólares, es decir a 3 dólares cada uno y en Venezuela sola la suela para hacer un calzado puede tener un valor de 2 dólares, situación que motivó a la comerciante a exigirle al Gobierno que eleve los costos de los aranceles de importación y que exijan en el comercio la venta de un 70% de zapato nacional y un 30% importado.
Recordó que hace unos 13 años había alrededor de unas 500 empresas dedicadas a la fabricación de calzado y tras un censo que hicieron años después, se determinó que solo quedaban 280 fábricas, hoy en día desconoce cuántas hay operativas.
La señora Arciniegas precisó que las ganancias hoy en día son mínimas y explicó que el costo de una zapato sencillo y no muy elaborado está entre 10 y 12 dólares y tienen un margen de utilidad que no llega a un 15 %, es decir le pueden ganar como un dólar.
Dijo que las zapaterías del centro de San Cristóbal están llenas de zapatos que ingresan sin permisos y les pegan etiquetas como si los hubiesen hecho en el país. Recordó que debido a la difícil situación que están atravesando hoy en día no producen ni 100 pares de zapatos semanales, cuando años atrás podían hacer unos 1500 pares a la semana.
Textileros invitan a la población a comprar producción nacional
Wendy Sayago, desde hace 10 años trabaja con su mamá en una fábrica de textiles, se dedica a la elaboración de uniformes escolares, pero este año la situación ha sido más difícil que en años anteriores, pues están estancados por la cantidad de mercancía que ingresa al país desde Colombia y China y que las venden a precios más bajos.
“Nosotros como ciudadanos tenemos que apoyar la producción nacional, darle la oportunidad al fabricante del Táchira porque ofrecemos productos a precios de fábrica, no vendemos un zapato o una camisa que solo va a durar dos o tres meses; el compromiso es vender el uniforme que dure el año escolar y vendemos calidad y a buen precio porque la idea es ayudar a los tachirenses.
Aseguró que los uniformes que llegan de Colombia pueden tener menor precio, pero son de baja calidad.
Comentó que puede vender un jumper completo con su camisa blanca, azul o beige y su bordado entre 50 a 55 mil pesos, y en la calle se consigue el jumper en 18 mil o 15 mil pesos y la camisa en 9 o 10 mil pesos colombianos.
Precisó que la producción de uniformes escolares ha bajado entre un 60 y un 70%.
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