Contrabando de semillas genera sarna verrugosa en papa sembrada en tierras tachirenses

El paso de semillas, fertilizantes y agroquímicos de dudosa procedencia por las trochas entre Venezuela y Colombia para ser vendidos a los productores venezolanos, ha generado daños en algunos terrenos por la llegada de plagas como hongos y verrugas, que dañan toda una inversión. Productores del municipio Jáuregui solicitan a las autoridades fitosanitarias controles estrictos

Tierras del municipio Jáuregui se han visto afectadas por una verruga en la papa generada por semillas de dudosa procedencia. Fotos: Carlos Eduardo Ramírez

El cruce de semillas, fertilizantes y productos agrícolas a través de las trochas en la frontera colombo venezolana, como contrabando, les ha generado a los agricultores venezolanos daños en sus cosechas, debido a que son productos de dudosa procedencia, que no son certificados, y terminan generando plagas y daños en algunos terrenos.

Diario de Los Andes estuvo en las montañas del municipio Jáuregui y conversó con agricultores de la zona para conocer su situación después de la apertura de frontera entre Venezuela y Colombia, encontrando que los cambios han sido nulos, pues se mantiene el paso de productos no certificados, semillas y el contrabando de rubros por los caminos verdes y frente a las autoridades de turno.

Productores compran semilla de papa certificada entre 1 y 2 dólares el kilo. Foto: Carlos Eduardo Ramírez

Ronald Méndez es ingeniero agrónomo y tiene 20 años como productor de hortalizas en los municipios Jáuregui, José María Vargas, Seboruco y Simón Rodríguez. Destaca que la papa es el rubro emblemático de la zona, pero desde el año pasado varias cosechas fueron atacadas por un hongo llamado la sarna verrugosa, el cual produce una verruga en la papa que incluso llega a ser más grande que ésta, como consecuencia de las semillas de dudosa procedencia.

“La apertura de frontera es un tema bastante polémico en todos los sentidos y en todos los sectores, uno de ellos es el sector agrícola que es uno de los más afectados, ya que de la hermana república están pasando productos para acá que no tienen toda la verificación técnica sanitaria que amerita el caso. Si yo estoy trayendo una semilla de dudosa procedencia de allá, que no cumple los parámetros fitosanitarios, puede venir inmerso ese hongo, contaminando así los suelos y haciendo decaer la rentabilidad de los cultivos y de una vez el bienestar socioeconómico de las familias agrícolas”, explica.

Méndez recuerda que en redes sociales se hizo viral que en los plátanos está surgiendo una raza de un hongo “agresiva”, la cual estaría afectando a la producción platanera nacional.

 

El abono de gallina tiene un valor de entre 1.100 y 1.200 dólares. Foto: Carlos Eduardo Ramírez

Para evitar este tipo de situaciones, detalla que debe existir un control minucioso, que las autoridades fitosanitarias realicen las revisiones correspondientes y garanticen esos productos que ingresan, que el productor tenga a donde ir a hacer un reclamo, pues detrás de una cosecha hay inversión de dinero, tiempo y psicológico.

“Tenemos que rescatar la producción papera. Ser líderes nuevamente en los rendimientos, pero con estas condiciones de la frontera, tiene que haber parámetros fitosanitarios. Las instituciones son las que deben ponerle un poquito más de corazón, hacer un pacto de convivencia en donde tienen que estar todos los actores y decidir hacer las cosas bien al menos un año, porque si estamos produciendo tan sólo 10 toneladas de papa por hectárea, que es un rendimiento más afectado, y si caemos a cinco toneladas, aquí el cultivo de papa pasa a cero rentabilidades”, agrega.

El productor agrícola considera injusto que, por un soborno, es decir, porque un supuesto contrabandista le pague a una autoridad de turno para que lo deje pasar productos no certificados, se dañe toda una producción en los campos venezolanos. “Hay que pensar no solamente en el productor que está en el barbecho haciendo una aplicación de pesticida, bregando con unos bueyes e incluso con el tema del combustible, para que, por una enfermedad, por adquirir una semilla a bajo costo, se le vea perjudicada su rentabilidad”, dice.

 

Foto: Carlos Eduardo Ramírez

 

Foto: Carlos Eduardo Ramírez

 

De 0.5 a 2 dólares  

Ronald Méndez indica que la semilla certificada puede rondar entre 1 y 2 dólares el kilo, mientras que la semilla de segunda o tercera está en unos 0.50 dólares el kilo, y muchas veces el productor por disminuir costos termina invirtiendo en esta última sin saber que está dañada y le contamina todo el terreno.

“El fenómeno de la contaminación por semilla de papa siempre han existido. No es la primera vez que por una frontera mal administrada nos llega una plaga. De hecho, aquí hay una plaga que se llama “la polilla guatemalteca de la papa”, que el mismo nombre dice de donde viene. Vino por una importación de semilla de dudosa procedencia y contaminó todos los suelos, hace 30 años. Esa plaga sigue dando quehacer”, expresa.

Precisa que en las montañas tachirenses está ocurriendo este fenómeno con varios rubros, no sólo con la papa, pues entre 4.000 y 5.000 agricultores producen 40 rubros, entre ellos zanahoria, repollos, tomates, pimentón, ajo, cebolla, cebollín, cilantro, manzanilla, toronjil, entre otros.

 

Ronald Méndez, ingeniero agrónomo y productor agropecuario, señalando los terrenos productivos de papa en el municipio Jáuregui. Foto: Carlos Eduardo Ramírez

“Ese terreno no se puede volver a sembrar”

El presidente de Asociación de Productores de Papa del estado Táchira y director nacional general de Fedeagro, Gerson Pabón, manifiesta al respecto que donde se consiga una papa con sarna, ese terreno no puede volver a ser sembrado, por lo que indica que no se debe permitir a Venezuela el ingreso por la frontera de ningún rubro que ya esté en producción.

“Primero, no sabemos con qué tipo de daño puede traerse esa papa a Venezuela. Nosotros estamos empezando a sufrir de una sarna que daña el terreno. Donde usted consiga papa con sarna, ese terreno no se puede volver a sembrar. Entonces, estamos trayendo son contaminaciones porque no existe un control fitosanitario. Lamentándolo mucho los organismos del estado, en este caso el Insai, no tiene un control, y lamentándolo mucho, que da más tristeza, es que pasa por los puestos de la Guardia Nacional”, asegura.

 

Foto: Carlos Eduardo Ramírez

Altos costos de producción

Richard Sánchez es productor desde hace 22 años en la comunidad de Babuquena, Aguas Calientes, municipio Jáuregui. Destaca que una producción de papa está por el orden de los 10.000 dólares en Venezuela, por lo que no se puede competir con los contrabandistas que ingresan el mismo rubro del vecino país.

“La semilla de la papa es del estado Mérida, donde cuesta el saco de 42 kilos unos 40 dólares, a lo que se le suma el flete de Mérida hasta la unidad de producción, horas hombre de trabajo, comida, abonos, y unos químicos que están alrededor de 60 o 75 dólares según la fórmula. El abono de gallina está a 1.100 y 1.200 dólares. ¿Qué nos afecta?, que el precio no rinde. Un precio de 32 dólares por saco de 60 kilos. Esperar cuatro meses que haya producción, más el factor tiempo, todo eso nos influye. Si es mucha agua, pérdida total, si es demasiada sequía y no tenemos agua potable para regar, igual se nos pierden las matas”, detalla.

Richard Sánchez, productor de papa en Babuquena, municipio Jáuregui. Foto: Carlos Eduardo Ramírez

 

Productores tachirenses deben adquirir las semillas y otros productos a altos costos en Venezuela para evitar las ofertas que terminan en daños a sus cosechas. Foto: Carlos Eduardo Ramírez

A esto le suma que a los obreros se les paga el jornal en unos 35.000 pesos el día, además de las comidas de la jornada, lo que va generando un pago de unos 15 dólares diarios.

Además de la llegada de semillas y productos de mala calidad, que no salen de manera directa de los puntos de venta certificados en Colombia, a los productores venezolanos y tachirenses les afecta la venta de rubros provenientes de Colombia que siguen pasando por las trochas a pesar de la apertura de los puentes internacionales, pues no pueden competir con los precios en economías distintas y con oportunidades distintas.

En una segunda entrega se relatará cómo está afectando el contrabando a la producción nacional y qué es lo que solicitan los representantes del sector agropecuario para tener un sistema productivo acorde a la realidad venezolana.

Foto: Carlos Eduardo Ramírez
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