El fenómeno migratorio en Venezuela continúa en ascenso, no solo por quienes recorren la ruta de la selva del Darién para irse a los Estados Unidos, sino también por quienes deciden regresar caminando de otras naciones de América Latina porque no hay oportunidades de empleo para los venezolanos.
Génesis Chacón tiene treinta años de edad. Es del estado Anzoátegui, pero por falta de buenas condiciones para alimentar a sus tres hijos, uno de meses, otra de dos años y una más de trece años de edad, decidió irse con su familia a Bogotá, Colombia, en donde una sobrina le brindaba hospedaje.
Su idea era trabajar y conseguir más dinero para llegar a Chile, en donde tiene a una hermana, pero no le fue posible y regresó caminando con su esposo e hijos a Venezuela. Estaba a orillas de la carretera descansando con su familia, cerca de la alcabala de La Pedrera en el municipio Libertador del estado Táchira, cuando fue entrevistada por el Diario de Los Andes.
Junto a ellos había al menos dos familias más. Una de las cuales estaba regresando de Ecuador. Tenían dos años viviendo en esa localidad, pero el dinero no les alcanzó ni para regresar en autobús. Todos se encontraron en un refugio en Colombia, desde donde decidieron continuar acompañados.
“Nos regresamos porque la cuestión estaba difícil pues no había empleo, por la cuestión de que había que tener permiso, meter la hoja de vida para que nos llamaran. La situación se nos puso muy crítica y tuvimos que regresar. Sabe que la cuestión del arriendo, los servicios, que la comida y sin empleo es difícil. Nos encontramos en una situación de que tenemos que regresar pues por los bebés. Es tremendo”, expresó Génesis.
Tenían 10 días caminando de Bogotá, Colombia, al estado Táchira, Venezuela, y tenía la esperanza de conseguir una cola que los pudiera dejar en Anzoátegui, y así estar en su hogar al día siguiente. De lo contrario más días de caminata y de dormir a orilla de carretera los esperaba.
“Nos ha tocado fuerte pero ahí estamos guerreando fuerte. Cuando nos fuimos íbamos cómodos, porque estábamos en bus… La gente nos ha brindado el apoyo, pero ya cuando llegamos aquí se nos puso como la cosa fuerte”, expresó.
En Anzoátegui no conseguían empleo cuando decidieron irse, por lo que no tienen claro qué llegarán a hacer. “Muy difícil. Poco empleo y el empleo que hay, el salario es muy poco pues, no da… Que sea Dios el que haga ahora”, dijo Génesis.
Así como esta familia, migrantes venezolanos que se encontraban en países de América Latina, continúan retornando a su país. Algunos con la idea de volver a salir, pero ahora por la selva del Darién.