“Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Sintió mucha hambre y quiso comer; pero mientras le preparaban algo le sobrevino un éxtasis.”(Hechos 10:9-10)
¿Te ha ocurrido eso alguna vez? ¿Tienes las mejores intenciones, pero alguna necesidad personal se interpone en el camino de la oración o del tiempo devocional? Normalmente me levanto temprano en la mañana para pasar tiempo con Dios, porque la casa está tranquila, mama esta dormida todavía, el teléfono no está sonando, y la mayor parte de mis preocupaciones acerca del trabajo aún no han aflorado. Invariablemente siempre surge algo que me distrae en mi tiempo con Dios. A veces Mama se despierta temprano y quiere hablar conmigo (difícil decirle «no» a eso). Otras veces es mi estómago que no me deja en paz a menos que lo alimente. Tu sabes exactamente de lo que estoy hablando — siempre hay algún tipo de distracción que se interpone en tu camino.
Frecuentemente culpamos a Satanás de nuestras distracciones, como si él tuviera una misión diseñada específicamente contra nosotros todas las mañanas o durante nuestro tiempo de oración. Aunque creo que tenemos que defendernos de los ataques del enemigo, en definitiva — los elementos más importantes del tiempo de estudio y de oración se encuentran en la auto-disciplina y el deseo sincero de buscar al Señor. Para tener éxito, simplemente tenemos que concentrarnos y mantenernos comprometidos. Una cosa que he encontrado como mi momento más significativo con Dios, ha sido cuando he luchado contra todas las distracciones y he continuado (o regresado) a enfocar mi corazón y mi mente — completando mi tiempo de estudio y oración — allí es cuando Dios me ha susurrado con mayor claridad, o mejor dicho, cuando estoy escuchando con mayo atención.
Pedro encontró tiempo para compartir con Dios, pero el hambre se interpuso en su camino — él siguió adelante, y como resultado el Señor cambió completamente su visión del mundo (ya veremos cómo se desarrolla esto en los futuros Consultorios para el Alma). ¿Te sientes estancado? ¿Siente que su fe es fuerte, pero no vibra? Tal vez necesites compartir más tiempo con el Señor, dedicarle un tiempo todos los días (en determinados momentos o cuando tengas un tiempo libre) — no con una agenda previa, sino sólo para disfrutar y compartir con Él. Entonces, te cambiará y te usará — como lo hizo con Pedro — ¿Estás listo? ¿Estás dispuesto? ¿Te mantendrás comprometido? ¿Cómo puedes empezar hoy para escuchar más atentamente al Señor? ¿Es un problema de frecuencia? ¿O es una cuestión de saber enfocar tu mente y tu corazón?
Fuente: Liga del Testamento
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