Consultorio para el Alma | Simple Predicación | Por: José Rojas

 

“Cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. (1 Corintios 2:1)

Cuando Pablo vino a los corintios por primera vez, él no trató de convencerlos con palabras piropeadas. ¿Por qué? Pienso que fue porque, justo antes de llegar, él tuvo una experiencia negativa en Atenas. Si volvemos a Hechos 17, encontramos a Pablo presentando el Evangelio en la Colina de Marte a algunos de los más eminentes de su tiempo – intelectuales que se reunían con regularidad para discutir varias filosofías. Pablo explicó la naturaleza del Dios vivo y verdadero. Él citó a los poetas de ellos, habló de sus filosofías, e hizo referencias a su cultura. Era un sermón maravillosamente trabajado. Tanto así que muchos seminarios hoy lo usan como el ejemplo insuperable. Pero la respuesta fue mínima. Sólo unos pocos creyeron. La mayoría se burlaron de él, mientras otros dijeron, «Ya te oiremos acerca de esto otra vez.» ¿Por qué? Si Hechos 17 es leído con cuidado, hay una omisión que salta a la vista – Pablo ni una sola vez menciona a Cristo crucificado. Obviamente, él se refiere a la resurrección, pero no dice simple y directamente, «Jesucristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos.» En cambio, él trató de ser profesional, relacional, y aún peor – filosófico. Como resultado, no sabemos de ninguna iglesia establecida en Atenas entonces.

Pablo aprendió de la experiencia de Colina de Marte. Cuando él llegó a Corinto,  radicalmente cambió su enfoque. Él abandonó todo esfuerzo por pronunciar discursos elocuentes, y en cambio habló de Jesucristo y Él crucificado. ¿Cuál fue el resultado? Muchos creyeron y fue fundada una iglesia. Con certeza tenía muchos problemas – pero ¿cuál iglesia no los tiene? El punto es: ¡Una gran iglesia fue formada cuando Jesús y la Cruz fueron simplemente predicados!

Pablo vino a Corinto para hacer que se conociera «el testimonio sobre Dios.» Él no vino para hablar de filosofías múltiples, ni de cómo ellos podrían interrelacionar al Evangelio. Para mí esto es un recordatorio refrescante. El mensaje de Evangelio es simple. Es el hombre quien lo hace complicado. ¿Ha evitado usted atestiguarle a un ser querido o miembro de la familia por temor de no poder explicar ideologías competitivas? ¡No se preocupe por eso – Jesús y Él crucificado no necesita ninguna defensa!

Fuente Liga del Testamento

 

 

joserojastrejo68@gmail.com

 

 

 

 

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