Janet Pérez Eckles
“Ya no los llamo esclavos, porque el amo no confía sus asuntos a los esclavos. Ustedes ahora son mis amigos, porque les he contado todo lo que el Padre me dijo.”Juan 15:15
La mejor parte de hablar ante cualquier grupo es lo que sucede después. Muchas veces, la gente se detiene a charlar, que fue justo lo que pasó la semana pasada.
Un hombre me estrechó la mano. «Me conmovió su mensaje», dijo, «y solo quiero saber, ¿cómo lidia usted con el hecho de que la enfermedad de sus ojos es hereditaria?»
“¿A qué se refiere?” Dije.
«Bueno, yo tengo una enfermedad que es hereditaria también, y no puedo dejar de preocuparme y sentirme realmente atemorizado de que mi hijo la herede. Tengo miedo del futuro».
Él pausó y dijo: “Y yo no soy de ninguna religión…no creo mucho en nada.”
Yo quería darle un abrazo fuerte y susurrarle en el oído, “Usted no necesita una religión, sino una relación con Jesús que le libere de la preocupación y el miedo”.
Perdóname por ser presuntuosa, pero si tú eres una de esas personas que creen que la religión es la respuesta, veamos aquí siete verdades en qué reflexionar:
- La religión ofrece rituales, Jesús ofrece una relación personal.
- Las religiones pueden cambiar; Jesús es el mismo hoy, ayer y siempre.
- La religión trabaja para ganar la gracia, Jesús se convierte en la gracia bajo la cual nosotros podemos trabajar.
- La religión no ofrece perdón, Jesús se convirtió en el perdón de nuestros pecados.
- La religión no ofrece milagros; Jesús se deleita en realizarlos.
- La religión no te lleva al cielo; Jesús asumió la culpa para que nosotros podamos entrar al cielo.
- Las religiones nos atan; Jesús nos hace libres.
Cuando pasamos noches sin dormir nos retorcemos las manos por la incertidumbre de mañana y erróneamente seguimos el camino de la religión. Por eso Jesús dijo, «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí”. (Juan 14:6)
Fuente Devocional