Consultorio para el alma /Por qué un hijo de Dios no debe preocuparse

Gary Fleetwood

 

“Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán”. Isaías 43:2
Para algunos de nosotros, el preocuparnos es parte de nuestra vida diaria. Sin embargo, la Palabra de Dios es muy clara en lo que dice en Isaías 43:2 acerca de nosotros estar preocupados: «Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán».
¿Sabía usted que el preocuparnos es opcional? Sí, preocuparnos es una decisión que tomamos. Veamos aquí tres maneras en que podemos lidiar con la preocupación en nuestras vidas: Podemos preocuparnos. Podemos ignorar el estrés, o podemos relajarnos y confiar en Dios.
En el Salmo 116:7, David se recordó a sí mismo las promesas de Dios: “Que mi alma descanse nuevamente, porque el Señor ha sido bueno conmigo”. Al igual que David, algunos días tenemos que decirnos esto (en voz alta) muchas veces.
No puede preocuparse y confiar en Dios a la misma vez. Es imposible. Esto aplica a su salud también. La Biblia dice en Proverbios 14:30 que un corazón en paz es un corazón saludable. «La paz en el corazón da salud al cuerpo; los celos son como cáncer en los huesos».
No es tan solo lo que usted come lo que destruye su salud, sino lo que le come a usted. Usted puede tener el mejor plan de salud que hay: comer alimentos frescos y saludables en porciones adecuadas, pero si está resentido contra alguien en su vida o se preocupa por el futuro, su salud sufrirá.
Nosotros lidiamos con todo tipo de preocupaciones en nuestras vidas. La mayoría de éstas se encuentran en estas 5 áreas: Nos quedaremos solos. No sabremos qué hacer en el futuro. No tendremos lo que necesitamos en el futuro. Seremos heridos por algo o alguien en el futuro. No tendremos la fuerza para sobrevivir en el futuro.
Pero hay buenas noticias: usted no tiene que preocuparse. La preocupación es una miseria opcional. Tenemos muchas cosas que no podemos controlar que afectan nuestra salud, pero podemos controlar cuánto nos preocupamos. Dios tiene más de 7000 promesas en la Biblia que son remedios para las 5 cosas mencionadas anteriormente. Veamos aquí algunos de ellos que le animo a memorizar para que pueda decirlos (en voz alta) a sí mismo, tal como lo hizo David: “Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar” (Proverbios 3:5-6). “Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma» (Mateo 11:28-29).
Si usted tiene una relación con Dios a través de Jesucristo, usted conoce a Aquel que creó su futuro. Sus promesas acerca de su futuro dan vida. Ultimadamente, nosotros no tenemos que preocuparnos. El que tiene nuestro futuro caminará con nosotros a través de éste.

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