Por: Arturo Trejo
La existencia de tantas religiones y la creencia de que todas las religiones indudablemente conducen a Dios, confunde a muchos que realmente están buscando la verdad acerca de Dios, dando como resultado de que a veces hay cierta desesperación de llegar a la verdad absoluta sobre este tema. O terminan adoptando la aseveración universalista de que todas las religiones conducen a Dios. Desde luego, los escépticos también señalan la existencia de tantas religiones, como una prueba de que o tú no puedes conocer a Dios, o simplemente Dios no existe.
Romanos 1:19-21 contiene la explicación bíblica de por qué hay tantas religiones. La verdad de Dios es vista y conocida por cada ser humano, porque Dios lo ha hecho así por medio de su manifestación al Hombre. Pero en vez de aceptar la verdad acerca de Dios y someterse a ella, la mayoría de los seres humanos la rechazan, y en cambio buscan su propia manera de entender a Dios. Pero esto no conduce a la revelación respecto a Dios, sino a la futilidad del pensamiento. Aquí es donde encontramos la base de las “muchas religiones”.
Mucha gente no quiere creer en un Dios que demanda rectitud y moralidad, así que se inventan un dios que no haga tales requerimientos. Mucha gente no quiere creer en un Dios que declara que es imposible que la gente gane su propio camino al cielo. Así que ellos inventan a un dios que acepta a la gente en el cielo si es que han llevado a cabo ciertos pasos, seguido ciertas reglas, y/o obedecido ciertas leyes, al menos hasta donde pueden. Mucha gente no quiere relacionarse con un Dios que es soberano y omnipotente; así que imaginan a Dios como una fuerza mística más que como un gobernante personal y soberano.
La existencia de tantas religiones no es un argumento contra la existencia de Dios o un argumento en el que la verdad acerca de Dios no sea clara. Más bien, la existencia de tantas religiones es una demostración del rechazo de la humanidad al Único Dios verdadero. La humanidad lo ha reemplazado con dioses que son más de su agrado. Esta es una actividad peligrosa. El deseo de recrear a Dios a nuestra propia imagen viene de la naturaleza pecaminosa dentro de nosotros – una naturaleza que eventualmente «cosechará destrucción» (Gálatas 6:7-8).
¿Todas las religiones conducen a Dios? Ciertamente, no. Todas las personas -religiosas o no- se presentarán ante Dios algún día (Hebreos 9:27), pero la afiliación religiosa no es lo que determina su destino eterno. Sólo la fe en Jesucristo salvará. «El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida» (1 Juan 5:12). Es tan simple como eso. Sólo el cristianismo -la fe en la muerte y resurrección de Jesucristo- conduce al perdón de Dios y a la vida eterna. Nadie viene al Padre sino por medio del Hijo (Juan 14:6). Hace una diferencia lo que usted cree. La decisión de abrazar la verdad sobre Jesucristo es importante. La eternidad es un tiempo terriblemente largo para darse el lujo de rechazar el plan de la Salvación que Dios nos ofrece hoy y siempre.
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