Ysbel González Trejo
Hoy quiero llevarlos a reflexionar acerca de Nuestra Identidad en Cristo, es una de las verdades más profundas y transformadoras que podemos experimentar como creyentes. Al aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador, no solo recibimos el perdón de nuestros pecados, sino que también somos hechos nuevas criaturas. Este cambio fundamental nos redefine en cada aspecto de nuestra vida.
El apóstol Pablo nos recuerda en 2 Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas.” Este versículo resalta la transformación que ocurre en nuestra vida espiritual. Al estar en Cristo, somos liberados de nuestro pasado y de la carga del pecado. En lugar de vernos a nosotros mismos a través de los lentes de nuestros errores, podemos vernos a través de los ojos amorosos de Dios.
Además, nuestra identidad en Cristo nos otorga un propósito claro. En Efesios 2:10, se nos dice: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Esta porción de la palabra nos revela que no solo somos nuevos, sino que hemos sido diseñados con un propósito divino. Cada uno de nosotros tiene un llamado único en el cuerpo de Cristo, y es en esta identidad donde encontramos nuestro verdadero significado y valor.
Nuestra identidad en Cristo no es solo un aspecto de nuestra vida espiritual; es la base de quiénes somos. Nos brinda una nueva vida, un propósito claro, y nos asegura que somos amados y aceptados en la familia de Dios. Que siempre recordemos en quién estamos, quien creemos, y cómo eso cambia todo en nuestra existencia.