Por: José Rojas
“Ni es honrado por manos de hombres, como si necesitara de algo, pues él es quien da a todos vida, aliento y todas las cosas.” (Hechos 17:25)
Recientemente, mi vecino y yo hablábamos de lo que significa ser cristiano, cuando surgió el tema de dar. La sola mención de la palabra dar, inició una larga diatriba que se resumió cuando él dijo: «Lo único que las iglesias persiguen es el dinero.» Por desgracia, he visto muchas veces esta actitud, así que le pregunté: «¿Crees que Dios, el Creador del universo, necesita dinero? ¿Crees que Él esta desbancado y si no das entonces Su trabajo no se hará?»
La respuesta a esta pregunta está en nuestro pasaje de hoy, «ni es honrado por manos de hombres, como si necesitara de algo, pues él es quien da a todos vida, aliento y todas las cosas.» Siempre me ha parecido extraña la percepción de que nuestro grande y poderoso Dios, que nos da todo, se reduciría a pedir dinero la mañana del domingo, como si el dinero le importara tanto. Así que si Dios no necesita nuestro dinero, entonces ¿por qué pide el diezmo?
La mayoría de ustedes saben que dar es un asunto del corazón. ¿Quién tiene tu corazón? ¿El mundo con sus insaciables deseos, necesidades y exigencias, o el Señor que es el proveedor en última instancia? ¿En quién o qué pones tu confianza?
¿Cuál es tu actitud con respecto a dar? ¿Le das a Dios primero y luego gastas lo que queda, o es en el orden inverso? ¿Qué dice tu corazón acerca de lo que das? Dios no necesita o quiere tu dinero, sino que quiere una relación contigo. ¿Tienes realmente y por completo la confianza puesta en Dios el proveedor? ¿Qué paso(s) puedes dar hoy para demostrar tu confianza en Dios como tu proveedor?
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Fuente Liga del Testamento