Como también en Oseas dice: «Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: “Vosotros no sois pueblo mío”, allí serán llamados “hijos del Dios viviente”. Romanos 9:25-26
El pasaje de hoy es una cita de Oseas 1: 10, que pablo usa en Romanos 9:25-26, profecía de Oseas (700 años antes del nacimiento de Jesucristo), para ilustrar la intención de Dios de no sólo restaurar a su pueblo escogido (Israel), sino también traer a los Gentiles (a usted y a mí) a Su familia.
Hace referencia a realidades que se viven cuando transitamos el camino de la predicación del evangelio en partes remotas del mundo. Allí a los misioneros les toca cocinar sus propias comidas, lavar su propia ropa, adaptarse a las costumbres de esos lugares no alcanzados del mundo.
Algunos llevan en su mente la expectativa de ¿Podrán estas personas entender el cristianismo? de alguna u otra manera cada misionero que ha salido al servicio de Dios se la ha hecho – incluso Pablo. En los tiempos que Pablo escribió esta Epístola a los Romanos, Europa por ejemplo, no era como es hoy. Comparado con Roma (u otras partes del Oriente Medio) era relativamente barbárica. De hecho, la mayor parte de nuestros antepasados europeos todavía vivían en los bosques – una existencia casi salvaje. ¿Piensa usted que Dios llamó a nuestros antepasados porque ellos eran superiores de algún modo? No lo creo.
Sostengo que en este tiempo el pueblo no sólo entenderá y estará abierto para el mensaje de Jesucristo, sino que lo abrazará incondicionalmente. ¿Por qué más nos enviaría Dios? Pedro dijo en 1 Pedro 2, «Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. Vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, ahora sois pueblo de Dios; en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, ahora habéis alcanzado misericordia.» En otras palabras, Dios ha extendido su mano al mundo entero para ampliar Su mensaje de la piedad y perdón de pecados; no sólo al mundo «civilizado», o a la gente «civilizada».
Cuando Pablo, hablo a la gente sobre Jesús ellos y aun hoy piensan que deben limpiar el pecado en sus vidas antes de venir al Señor. Nada podría estar más lejano de la verdad. Dios nos llama de la oscuridad a Su luz – no al otro camino. No nos sacamos nosotros mismos de la oscuridad. ¿Conoce usted a alguien que trata de acertar antes de venir al Señor? Recuerde a Romanos 9:16: «Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia,» Quizás nuestra perspectiva debería ser simplemente escuchar Su llamado, luego andar en Su maravillosa luz.
Fuente Liga del Testamento