Por: José Rojas
“Una noche, Pablo tuvo una visión. Un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: «Pasa a Macedonia y ayúdanos». Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciáramos el evangelio” (Hechos 16:9-10)
Estamos en la tercera parte del devocional “En Busca de la Voluntad de Dios”. Previamente recordarás que Pablo había iniciado su segundo viaje misionero, con el objetivo previsto de visitar las iglesias que habían sido implantadas dos años antes (Hechos 15:36).
Como suele suceder con las misiones, ahora se había transformado en la mera de predicar el Evangelio en Asia. Sin embargo, esta no era la voluntad del Señor, dado a que el Espíritu Santo impidió a Pablo y a su equipo misionero de entrar en Asia cuando viajaban a Frigia y Galacia. Sin inmutarse llegaron a la frontera de Misia, donde intentaron entrar en Bitinia, pero ahora «el Espíritu de Jesús no se los permitió». Determinados pasaron de largo por Misia y bajaron a Troas.
La Biblia no nos dice exactamente cómo el Espíritu Santo y el Espíritu de Jesús impidieron que el equipo misionero, dirigido por Pablo, entrarán en Asia — sólo que no se les permitió hacerlo.
Una cosa que me parece especialmente interesante es cómo, en algún momento entre los versículos octavo y noveno de la narración de los Hechos de Lucas, pasó de la tercera persona (ellos y ellas) a la primera persona (nosotros y nosotras). Este cambio podría indicar que Lucas, el médico, se había unido a la misión. ¿Por qué se necesitaría un médico? Los eruditos bíblicos han especulado que tal vez Pablo se había enfermado y por lo tanto necesitaba atención médica, lo que podría haber sido la razón por la cual Jesús o el Espíritu habían detenido el viaje. De todos modos, sabemos de nuestro pasaje de hoy, que Pablo tuvo una visión, lo que fue interpretado entonces como un cambio en la dirección del ministerio.
Así que echémosle un vistazo a algunos de los puntos claves con más detalle:
* Estamos más abiertos a una nueva visión, cuando nos sentimos frustrados. ¿Has notado qué tan obstinados y de mente cerrada podemos ser, cuando todo va bien y en orden en nuestras vidas? Está en nuestra naturaleza pensar que estamos en lo correcto, sobre todo cuando las cosas van bien. No nos pueden enseñar en este estado. Creo que el Señor permite la decepción, frustración, crisis, enfermedad, etc. para poder entrar en nuestras vidas y así aprender a llegar a Él, en lugar de descansar en nuestra prepotente superioridad moral.
* El valor del descanso a fin de recibir una nueva visión. ¿Qué estaba haciendo Pablo cuando recibió la nueva visión para la misión? Dado a que fue durante la noche, fue probablemente en un sueño, lo que significa que Pablo estaba durmiendo o descansando. Puedes estar seguro de que no estaba trabajando duro en algo. ¿Por qué? Debido a que se nos es difícil escuchar y ver algo nuevo, cuando nuestra atención está demasiado enfocada.
* Las visiones son recibidas por los líderes no por los grupos. ¿Te diste cuenta de que Pablo recibió la visión y no el grupo? ¿También te diste cuenta cómo el grupo (no sólo Pablo) dedujo de la visión que debía hacer un cambio en la dirección de la misión? Estos son dos puntos muy importantes a tener en cuenta, ya sea cuando se lideriza o se participa en un grupo. En primer lugar, un grupo no puede especificar efectivamente una visión, hay demasiadas personas con diferentes talentos y pasiones para poder elegir colectivamente una meta. En segundo lugar, los grupos son mejores tomando decisiones con respuestas de sí o no, que trabajando en los detalles de cómo la meta va a ser alcanzada.
* Los objetivos de una Misión se cambian uno a la vez. El «quién», «qué», «cómo» y «por qué» de la misión de Pablo se mantuvieron igual. Lo único que cambió fue el «dónde». En otras palabras, sólo porque una nueva visión es recibida, no quiere decir que todo lo relacionado con la misión tiene que cambiar. En el caso de Pablo todo siguió igual, excepto el «dónde» fueron a predicar el Evangelio.
* Comiencen de inmediato, pero prepárense a fondo. El equipo de Pablo «se preparó de inmediato.» El punto es que estuvieron «listos», luego fueron «dirigidos» a su nueva meta (dirigirse a Macedonia… a predicar el evangelio) y, finalmente «ejecutaron» la nueva misión. Un cambio en la dirección no justifica un enfoque caótico (cambio, listo y fuera).
Estos son componentes muy importantes para el éxito en la corrección a mitad de camino de una misión, sin embargo creo que la parte más importante de esta experiencia fue el sueño de Pablo. Fue un sueño que expresó una necesidad. Es evidente que sensibilizó en el corazón de los misioneros de Pablo, la necesidad expresada en el sueño, ¿y no es eso de lo que los viajes misioneros tratan? Reconocer una necesidad y estar dispuesto a arriesgar la seguridad y comodidad personal para servir a Dios, al servir prójimo.
Asia no era el lugar donde Dios quería que el equipo misionero de Pablo se dirigiera. Sin embargo, Pablo no se equivocó al elegir a Asia inicialmente, ya que sin duda necesitaba que alguien llevara el evangelio de Jesucristo a ellos. En cambio Dios le estaba diciendo a Pablo que la necesidad era mayor en otro lugar. Simplemente tenemos que darnos cuenta de que, por encima de nosotros, Dios es el mejor evaluador de una necesidad. Pablo le permitió a Dios el redirigir la misión, ¿verdad? ¿A pesar de la necesidad que observas en tu «Asia», Dios te quiere en otro lugar? ¿Puedes ser enseñado? ¿Es tu voluntad o la voluntad de Dios la que está encargada de la misión?
Fuente: Liga del Testamento
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