“Por medio de la renovación de vuestro entendimiento”. Romanos 12:2b. En nuestro devocional anterior miramos la instrucción de Pablo de no conformarnos al modelo de este mundo, sino «ser transformados.» Él ahora nos dice cómo: «…por la renovación de su entendimiento.» Y ¿cómo es renovado nuestro entendimiento? Haciendo lo que usted hace ahora mismo -leyendo y estudiando la Escritura. Salmo 40:7: «Entonces dije: «He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí». «¿Quiere tener su entendimiento renovado? Conozca a Jesús. ¿Quiere conocer a Jesús? Lea sobre Él en la Escritura.
Sin embargo, Pablo también publica una advertencia a la cual debemos prestar atención (2 Corintios 3:6): «el cual asimismo nos capacitó para ser ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu, porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.» En otras palabras, si usted lee la Escritura sólo para reunir información sobre teología, consejos prácticos para relaciones, o consejo alimenticio, entonces la transformación (metamorfosis) no ocurrirá. Estudiamos la Palabra no por motivos académicos, sino para tocar y experimentar a Jesús. Sólo cuando nos damos libre y completamente al Señor es que Su Palabra entra en nosotros y la metamorfosis comienza.
Juan escribió en Juan 1:1, 14: «En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios… Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.» Cuando la Palabra se hace carne verdadera, personal, compatible, y tangible en nuestras vidas es cuando la transformación verdadera ocurre y nuestras mentes son renovadas.
Ahora bien para empezar a cambiar te ofrezco algunas preguntas y tu respuesta te ayudará. ¿Por qué lee usted la Escritura? ¿Es esto un hábito u obligación? ¿Para juntar nueva información? Reconsidere su motivación. Si leemos y estudiamos la Escritura para oír la voz del Señor, es cuando y como seremos transformados. ¿Quiere usted una metamorfosis? Entonces encuentre al Señor cara a cara en Su Palabra.