Ysbel Trejo González
«Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo… os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo». (Hebreos 13:2.)
Cuando se reúnan próximamente para adorar y buscar al Señor, su única meta debiera ser honrar a Aquel cuyos requerimientos son equidad y justicia. Su voluntad, manifestada en su Palabra, debe ser cumplida al pie de la letra. La norma de la justicia, revelada en las vidas de su pueblo, debe destacarlos. Debemos mantener la mirada puesta en la gloria de Dios, y tratar siempre de ser cristianos en el más amplio sentido de la palabra.
Estas palabras fueron pronunciadas por nuestro instructor: «Tienen que someterse a la dirección de Dios. Aprendan a concordar los unos con los otros. Ámense como hermanos, sean compasivos, sean corteses. Los mandamientos de Dios son justicia y equidad. Todos sus obreros deben ser honrados como colaboradores de Dios.”
«Los diversos intereses de la obra deben ser atendidos con cuidado”. De ahora en adelante las responsabilidades aumentarán rápidamente.
La voluntad de Dios: La perfecta norma de la justicia, tendrá que manifestarse en la obra de ustedes. Comulguen a menudo cada día con Dios, y escuchen la voz que dice: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”. Salmos 46:10. A medida que las responsabilidades aumenten debido al progreso del mensaje, las tentaciones también aumentarán. Cuando el volumen de la tarea que hay que realizar ejerza presión sobre el alma, humillen sus corazones delante del Señor. Hagan fielmente su parte en la obra, y permanezcan fieles a su responsabilidad individual ante Dios. El no hace acepción de personas. El que obra justicia, es justo.
«No murmuren, no se aflijan, no codicien, no discutan -sigue diciendo nuestro instructor-. Cuando estén afligidos, busquen al gran Médico. Necesitan regocijarse y humillarse delante del Señor. Al manifestar un espíritu egoísta, los hombres se vuelven estrechos de mente y miopes, y no pueden descubrir la relación que existe entre la causa y el efecto. La Palabra del Señor debe guiarlos en todas las cosas. “Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra»… Habacuc 2:20.
El Señor invita ahora a los hombres elegidos para hacer su obra a fin de que se mantengan firmes, como un solo hombre, para el progreso de la causa de Cristo.