…y ellos, por el Espíritu, decían a Pablo que no subiera a Jerusalén.(hechos 21:4)
¿Puede equivocarse alguna vez el Espíritu Santo de Dios? La respuesta, por supuesto, es NO, porque Dios por SU propia naturaleza (y por definición) es infalible. ¿Por qué, entonces, parecería haber una contradicción entre el llamado a Pablo del Espíritu para que fuera a Jerusalén (Hechos 20:22), y los discípulos en Tyre exhortándole, pidiéndole, que no fuera (el pasaje de hoy)? Desde mi punto de vista, creo que el Espíritu les reveló, tanto a Pablo como a los discípulos, el dolor y sufrimiento que le esperaba (a Pablo) en Jerusalén – la diferencia está en la forma que su espíritu humano interpretó cómo debía responder.
* El espíritu humano de Pablo estaba completamente alineado con la voluntad del Espíritu Santo. Él se había comprometido a ir – descansando y con la confianza completa en la previsión final de Dios.
* El mismo Espíritu Santo de Dios les reveló a los discípulos de Tyre qué le esperaba a Pablo también; sin embargo su espíritu humano interpretó estos acontecimientos futuros como temor por su seguridad y bienestar.
Esta es una distinción sutil, aunque supremamente importante y una lección para todos nosotros a ser utilizada en nuestras propias vidas. Ir o no ir — ésa es siempre la pregunta (duda). Afortunadamente la respuesta es muy simple aunque puede resultar extremadamente difícil de hacer: Si Dios nos llama para ir — vamos, no importan las consecuencias. Muchas veces podemos interpretar incorrectamente, el conocimiento previo de las dificultades inspiradas por el Espíritu Santo como una advertencia para no hacer algo, cuando ciertamente es justamente lo opuesto. Generalmente el servicio Cristiano consistirá en algún grado de sacrificio personal (tiempo, esfuerzo, dinero), el cual también conllevaría ponernos en lugares que no son completamente “seguros”. Sin embargo, el conocimiento avanzado no nos debería disuadir de “ir”, mas bien deberíamos tomar prisioneros nuestro miedo y nuestra voluntad – de este modo sometiendo ambos a Dios. Esto es lo que Santiago quiso decir cuando dijo en Santiago 1:2-4, “Hermanos míos, gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Pero tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”
Estás permitiendo que tu espíritu humano influencie demasiado tus decisiones? Has malinterpretado la inspiración del Espíritu Santo de Dios? ¿Tienes el deseo de involucrarte mas en algunos aspectos del servicio Cristiano, pero has sido advertido de no hacerlo por algunos factores llenos de temores? ¿Permitirás que tu fe sea puesta a prueba y fortalecida por la perseverancia, como nos instruye Santiago? ¿Qué acción necesitas completar?
Fuente: Liga del Testamento
Joserojastrejo68@gmail.com