Consultorio para el Alma | ¿Eres Merecedor de Sufrir Desgracia? | Por: José Rojas

 

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“Entonces llamaron a los apóstoles y, después de azotarlos, les ordenaron que no hablaran en el nombre de Jesús; y los pusieron en libertad. Ellos salieron de la presencia del Concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. Y todos los días, en el templo y por las casas, incesantemente, enseñaban y predicaban a Jesucristo”. (Hechos 5:40-42)

Previamente, el Sanedrín quería sentenciar a los apóstoles a la muerte por predicar las palabras de Jesús y esparcir las buenas nuevas de la resurrección. Sin embargo, Gamaliel, un bien respetado Fariseo y profesor de la Ley, había hablado persuasivamente – recomendando una cautelosa actitud de esperar y observar (Véase Hechos 5:35-39). Los apóstoles fueron entonces azotados y dejados en libertad. Entusiasmados por estos eventos, los apóstoles continuaron enseñando y proclamando las buenas nuevas.

Los apóstoles habían sido encarcelados, amenazados con la muerte, puestos en libertad por un ángel, y nuevamente arrestados, flagelados y advertidos. Sin embargo, a pesar de las dificultades y el dolor – ellos estaban gozosos, orgullosos de ser “dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.”. En lugar de la vergüenza y la humillación que usualmente se siente por la encarcelación y la flagelación – ellos se sentían motivados por estos eventos.

Esto resulta sorprendente ya que no constituye una reacción humana “normal” ante el castigo. Es interesante su perspectiva de las cosas – el considerarse a sí mismos merecedores de sufrir desgracia. Ellos no se enfocaron en la indignidad o en la injusticia del castigo. En lugar de ello se enfocaron en el honor de compartirlo con y por Jesús. Pero una clave adicional a su “gozo” – “continuaron enseñando y proclamando las buenas nuevas.” En otras palabras, su foco estaba en la cruz no en sus dificultades, y nunca se detuvieron.

Muy a menudo, cuando nos confrontamos con el castigo o la dificultad, dejamos de cumplir la voluntad del Señor. No es así en el ejemplo de los apóstoles.

Las cosas no siempre resultan como quisiéramos cuando estamos sirviendo al Señor. Muchas veces tenemos que adaptar nuestro plan mientras el Señor nos hace saber cuál es Su Voluntad e intención. Otras veces tenemos que ser pacientes y esperar por el tiempo del Señor. Pero también hay momentos cuando, como en el ejemplo de los apóstoles – padeceremos afrentas por causa de Su Nombre – y simplemente tenemos que resistir. Sin embargo, si asumes la perspectiva de los apóstoles te sentirás “gozoso” de que estas siendo considerado merecedor y continuarás – como hicieron los apóstoles – día tras día sin detenerte jamás.

¿Cuál es tu perspectiva cuando una dificultad se te presenta? ¿Te regocijas y te consideras merecedor del sufrimiento? ¿Cómo manejas la dificultad? ¿Te detienes cuando las cosas se ponen duras? ¿Necesitas cambiar tu perspectiva?

Fuente Liga del Testamento

 

 

 

 

 

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