Por: José Rojas
Alguien que gusta de leer estos mensajes me escribió recientemente lo siguiente en respuesta a un mensaje devocional: «Ten cuidado con lo que pides». «Esta es una muy buena. Rezo por algo, busco confirmación y consulto con los demás, sólo para sentir luego que el lugar en donde estoy no está funcionando en la forma que quisiera. Es muy difícil saber con seguridad si es la voluntad de Dios que guía mis decisiones y la mía. He luchado con esto durante años y, lamentablemente, creo que será una lucha larga en mí vida. Espero que el esfuerzo cuente porque realmente me esfuerzo mucho, y cuando pienso que ya lo tengo, sólo terminó dudando de mí mismo. ¡Ugh!»
El devocional de hoy es para mi amigo y el resto de nosotros, valga mencionar, que se esfuerzan por conocer la voluntad de Dios. Permítanme comenzar con una pregunta: «¿Por qué quieres conocer la voluntad de Dios?» En el caso de mi amigo, sé que es porque él ama al Señor y está completamente dedicado a hacer de él, el Señor de su vida. ¿Pero es esa toda la historia o hay algo más en la ecuación? ¿Qué otras razones tienes para querer saber y hacer la voluntad de Dios? Sé honesto.
Para mí, creo que si de alguna manera descubro y hago exactamente lo que Dios quiere de mí, entonces estaré en el postura ideal de su voluntad, completamente bendecido en formas inimaginables. Por supuesto, visualizo en mi mente y en mi imaginación exactamente lo que esas bendiciones serían. ¿Qué pasaría si la bendición intencionada de Dios no es la misma bendición que me gustaría a mí, una casa grande, buenos autos, un negocio exitoso, libertad financiera, dinero en el banco, unas vacaciones en familia y el respeto de mis compañeros. ¿Qué pasaría si Dios tiene en mente una bendición completamente distinta para mí? ¿Te has dado cuenta cómo también he cambiado la palabra «voluntad» por «bendición»? También podrás haber descubierto por qué lo he hecho — es porque solemos estar menos interesados en la voluntad de Dios que en su bendición — es una distinción sutil pero importante. La voluntad es algo que tenemos que seguir haciendo, la bendición es la meta, la recompensa, y el punto final. Nosotros, los humanos y especialmente los hombres, estamos menos focalizados en los procesos y más enfocados en el resultado final — en este caso — la bendición en lugar del camino, es una parte tan importante de la meta como la meta misma.
En nuestro pasaje de hoy, Pablo se siente frustrado porque quiere predicar la Palabra de Dios en Asia. Él piensa que lo que él quiere hacer es la voluntad del Señor, él piensa que Asia es el mejor lugar para usar su talento, él piensa que Asia es donde más se necesita y el lugar que el Señor ha puesto en su corazón para servir. Sin embargo, se abstiene de hacerlo «por el Espíritu Santo.» Espero que encuentren esto tan revelador e interesante, porque en este versículo se encuentra el inicio de la respuesta de la pregunta de mi amigo. Pablo, como mi amigo, ama al Señor ante todas las cosas, pero eso no lo hace menos obstinado, terco o premeditado. El Señor tiene un camino diferente en mente y otra meta para Pablo, por lo que Pablo se mantuvo de predicar la Palabra en Asia. Estoy seguro de que Pablo (al igual que tú y yo), mantuvo su forma de pensar testarudamente en hacer su voluntad hasta que Dios finalmente se pudo comunicar con él. Manténganse en sintonía para la parte 2 y 3 de este devocional, Pablo sigue trabajando en el proceso.
¿Cuál es el quid en todo esto? Muy simple: la voluntad de Dios es el camino en donde te encuentras, así que relájate y disfruta de él, incluso si el camino se vuelve un poco irregular. Puedes, muy bien, estar creando en estos instantes uno de tus momentos futuros más preciados y felices.
La pregunta para ti es esta: «¿Qué cambio de actitud tendrías que hacer para que eso ocurra?» ¿El Espíritu Santo te está impidiendo llegar al destino que tú consideras es la voluntad del Señor? ¿Continúas tratando de averiguar cuál es tu voluntad versus lo que es la voluntad del Señor? ¿Estás más preocupado por la bendición que de simplemente disfrutar el viaje? Si esto suena como tú — tengo un consejo muy ligero pero profunda — relájate — gran parte de la diversión en la vida es la lucha por llegar allí – eso es, de hecho, la bendición que todos estamos buscando.
Fuente: Liga del Testamento
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