Consultorio para el Alma | En busca de la Voluntad de Dios (II) | Mantener la misión pero cambiando tu enfoque

 

José Rojas

joserojastrejo68@gmail.com

“Y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. Entonces, pasando junto a Misia, descendieron a Troas.” (Hechos 16:7-8)

Hoy es la Parte 2 de una serie de 3 partes en la búsqueda de la voluntad del Señor. Pablo no estaba confundido o agobiado por tratar de encontrar la voluntad de Dios, él sabía que a menos que se le dijera lo contrario — su pasión y la voluntad de Dios eran las mismas; y Pablo sintió el «llamado» a predicar en Asia, por lo que a Asia se fue. Encontramos en nuestro pasaje anterior que el Espíritu Santo había detenido a Pablo y a sus compañeros de predicar en Asia. Entonces, ¿Crees que su viaje se detuvo allí mismo, en Frigia y Galacia y en cambio trataron de entender la dirección «real» de la misión de Dios? ¡No! En su lugar, llegaron a la frontera de Misia, y trataron de entrar en Bitinia, pero ahora el «Espíritu de Jesús» no se los permitió».

Creo que en ese momento  era mejor pararse p y consultar con el Señor, habiendo sido detenido tanto por el Espíritu Santo como por el Espíritu de Jesús de entrar a Asia, el lugar al cual pensé que tenía que ir. No es el caso de Pablo y de sus compañeros, «pasaron de largo por Misia y bajaron a Troas» (en busca de otro camino a Asia). Puedes decir, «este es un hombre bastante terco y cabeza dura.» Sin duda lo fue, pero permítanme plantear una pregunta, «¿Cómo podríamos saber si es verdaderamente Dios (el Espíritu Santo o Jesús) el que nos impide hacer algo? La respuesta es que nosotros (como Pablo) no sabemos, por lo que a falta de una instrucción en sentido contrario — continuamos haciendo la última cosa que Dios nos dijo que hiciéramos (La pasión que puso en nuestros corazones). Pablo es el epítome de esta instrucción — él requiere explícitamente un relámpago de Dios para cambiar de dirección o se quedará en la misión.

A menudo, cuando estamos involucrados en actividades inapropiadas (el pecado), el Señor nos permite experimentar una consecuencia para llamar nuestra atención y así retomar el curso correcto. Seguidamente, suponemos que cuando estamos involucrados en el trabajo evangelístico, las cosas deben funcionar de la misma manera: si nos encontramos con un obstáculo debe ser el Señor el que nos está diciendo que estamos haciendo algo mal, así que hacemos una pausa y tratamos de averiguar qué salió mal y cómo debemos hacer las cosas de manera diferente. ¿Pero, es ese realmente el mensaje? No lo creo. a veces necesitamos un cambio de rumbo, pero en lugar de detenernos (o cambiar enteramente la misión), deberíamos buscar un nuevo enfoque — eso es lo que Pablo y sus compañeros hicieron en nuestro pasaje de hoy — fueron detenidos de ir a Asia por lo que trataron de entrar de una manera diferente; nuevamente fueron detenidos por lo que ajustaron su camino una vez más; no se fueron a casa y abandonaron completamente la misión. ¿Cuál fue la última cosa que Dios te dijo que hicieras? ¿Abandonaste tu misión cuando tropezaste con un obstáculo o intentaste un nuevo enfoque? Cuando Dios te quiere en una nueva misión, Él te hablará claro y directamente (como Él le hablará a Pablo en nuestro siguiente pasaje), hasta entonces — permanecemos en la misión. Jesús nos dice en Lucas 12:43: » Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, lo halle haciendo así.» En otras palabras, hacerlo es permanecer en la misión (la última cosa que el Señor te dijo que hicieras), hasta que el Señor vuelve y te de nuevas instrucciones. Dios Guíe Tus Pasos.

Salir de la versión móvil