Jose Rojas
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Muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. (Hechos 19:18)
Una vez leí una historia sobre tres caballeros pobres que se habían perdido regresando a su casa de un peregrinaje a Tierra Santa. Se vieron atrapados en una torrencial tormenta que duró siete días. En el primer día de su dura prueba cruzaron una quebrada en el medio de la noche. De repente escucharon una voz del cielo que les ordenó, “recojan algunas de las piedras y estarán tristes y contentos”. El primer caballero cansado pensó que esta orden era ridícula y se rehusó. El segundo caballero se agachó, recogió un puño de piedras y las colocó en su morral. El tercer caballero desmontó y llenó una alforja vacía con piedras. Seis duros días después cesó la tormenta. Finalmente pudieron hacer un campamento y descansar. Al abrir su alforja, el tercer caballero descubrió que estaba llena de piedras preciosas. Su alegría era inmensa. El Segundo caballero encontró un puñado de piedras preciosas en su moral. Se contentó de tenerlas, pero lamentó no tener más. El primer caballero estaba muy triste pues seguía siendo pobre.
La confesión es como un Tesoro Escondido cuando hemos perdido el sendero en las tormentas de la vida. Puede ser difícil de hacer o de creer que conducirá a un desenlace positivo, pero confiar en Dios a través de la confesión es increíblemente gratificante. Nos sentiremos tristes, tristes y contentos, o inmensamente contentos dependiendo de nuestra buena disposición de creer y reivindicar la riqueza de la confesión. En 1 Juan 1:17, “Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado. “¿Te sientes alejado de Dios? A lo mejor es hora de que te confieses abierta y honestamente. 1 Juan 1:9 promete:”Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.”
¿Está teniendo problemas en este momento para conectarte con Dios? Ora y pídele al Señor que te revele cuál pecado te mantiene atado. Deja las excusas y confronta honestamente la evasión — necesitamos salir de la oscuridad para entrar en la luz del Señor. ¿Vas a confesarte ahora?
Fuente: Liga del Testamento





