Consultorio para el Alma ¡Dios Está Contigo!

 «Aunque yo pase por el valle más oscuro, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo». Salmo 23:4

 

José Rojas

joserojastrejo68@gmail.com

Dios está contigo, ayudándote en todo lo que haces. Cuando yo oí eso, sentí de parte de Dios que él quería que esa fuera nuestra confesión permanente. A veces tomamos muy a la ligera lo que Dios está haciendo, no somos agradecidos.

Dios quiere que cuando estés sanado, declares que Dios está contigo, que cuando él te prospere, le des la gloria y digas que Dios está contigo después de una gran batalla, después de conquistar la tierra. Puedes decir: «Dios está conmigo», porque precisamente eso es lo que significa uno de los nombres del Señor: «Yavé Sana».

En el Antiguo Testamento, Dios estaba en el templo, pero a partir del Nuevo Testamento, Dios está en nosotros. En el Apocalipsis 21:3, dice que  el hogar de Dios ahora está entre su pueblo. El hogar de Dios somos nosotros.

Él vivirá con ellos y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Entonces, si Dios está con nosotros, somos sanos, porque él es nuestro sanador. Éxodo 15:26 dice: «Yo soy el Señor quien lo sana».

Si Dios está con nosotros, somos bendecidos. Según 2 Samuel 6:11, el Señor bendijo la casa de Obed-Edom por todo lo que tenía, a causa de la presencia de Dios que estaba allí. Si Dios está con nosotros, no hay temor.

Salmo 23:4 dice: «Aunque yo pase por el valle más oscuro, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo». Además, si Dios está con nosotros, él nunca nos abandonará. Hebreos 13:5 dice: «Nunca te fallaré, jamás te abandonaré».

Dios está a favor de nosotros. Romanos 8:31 dice: «Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros?». No solo está con nosotros, sino que también está por nosotros.

Dios quiere que creamos esto y que sea una confesión permanente. Dios está conmigo, está de mi lado, está con nosotros. Él es quien pelea nuestras batallas, quien nos ha bendecido y sanado.

Y precisamente por eso, Abimelec le dijo a Abraham en Génesis 21:22: «Es obvio que Dios está contigo, ayudándote en todo lo que haces». Además, el aire que alienta mi ser, háblame de ti a mí. Quiero permanecer en ti, solo.

 

 

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