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“Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, he oído su gemido y he descendido para librarlos.» (Hechos 7:34)
Recientemente leí una historia acerca de un hombre que se despertó en medio de la noche para encontrarse en medio de un humo tan espeso en su casa que apenas podía respirar. Fue la noche siguiente al programa de Navidad en su iglesia — sus padres habían ido, así que ellos pasaron la noche — y el fuego se había originado como resultado de velas que accidentalmente las habían dejado encendidas.
En la medida que pudo encontrar el camino, tropezando y tosiendo a lo largo del pasillo hacia el cuarto de sus tres hijos, el oró: “Señor, si es tu voluntad, permítenos sobrevivir esta noche.” Justamente antes de que fuera vencido por el humo y el calor, un hombre lo tomó por el brazo — él pensó que había sido su padre — y lo guió hasta cada uno de de los cuartos de sus tres hijos.
Todos escaparon con vida, incluyendo sus padres. Cuando la historia fue narrada a los bomberos (quienes estaban asombrados de que alguien hubiese sobrevivido, considerando la intensidad de las llamas), su padre negó haberle ayudado a salvar a los hijos. Sus padres explicaron que se estaban quedando en el cuarto de huéspedes en el primer piso y no habían podido subir las escaleras debido a las llamas. Los bomberos pensaron que ha debido haber un “héroe anónimo”, quizás un vecino, quien al ver el humo, entró a la casa. El hombre estaba convencido que había sido un ángel.
¿Qué piensas tú? ¿Piensas que Dios ve tus necesidades (el incendio); escucha tus suplicas (salva a mi familia); y entonces baja para liberarte (te toma por el brazo y te guía para salvarte? Las respuestas a esas peguntas te dirán mucho acerca de lo que creas y esperes de Dios.
¿Cuán “real” es Dios para ti? ¿Crees que Dios te cuida a ti y a tu vida de manera tangible? La mayoría de nosotros desearía que Dios “baje del cielo” o que enviara un ángel para ayudarnos si nuestras vidas estuviesen en peligro, pero ¿Qué sucede en situaciones comunes? Yo conozco a una mujer que tiene problemas de salud y sin embargo se rehúsa a tener preferencia en los días de consulta (ella piensa que otros tienen más necesidades que ella). En lugar de ello cuando ella va a la consulta, siempre hora por que los médicos estén todos disponibles — Yo nunca he estado con ella cuando el Señor ha fallado en escuchar su oración. Puede ser que la razón por la que Dios no está contestando tus oraciones es porque no estás orando. Eso es lo que “súplica” significa (del versículo 34) — oración. ¿Cómo puedes tú comenzar a ver a Dios como real y presente cada día de tu vida?
Fuente: Liga del Testamento
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