Jose Rojas
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«Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba en pie con ellos, no podían decir nada en contra. Entonces les ordenaron que salieran del Concilio; y deliberaban entre sí, diciendo: –¿Qué haremos con estos hombres? Porque, de cierto, señal evidente ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que viven en Jerusalén, y no lo podemos negar. Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémoslos para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre. Entonces los llamaron y les ordenaron que en ninguna manera hablaran ni enseñaran en el nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan respondieron diciéndoles: –Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios.» (Hechos 4:14-19)
He aquí a un hombre, paralítico desde su nacimiento mayor de cuarenta años de edad, de pie ante ellos (el Sanedrín) – sanado. ¿Qué podían decir ellos? Ciertamente no podían negarlo por cuanto todos sabían de ello (versículo 16, “todos quienes vivían en Jerusalén saben que ellos han hecho un milagro excepcional”). Pero el Sanedrín necesitaba detener que se propagara este asunto, así que ¿Cuál fue su solución? Detenerlos (A Pedro y a Juan) de que continuaran dándole crédito a Jesús (versículo 17, “no hables mas a nadie de su nombre”.)
Me encanta la respuesta de Pedro y Juan, “Juzguen por ustedes mismos si es correcto ante los ojos de Dios obedecer a Ustedes antes que a Dios”. ¿Cuántas veces, cuando confrontamos la firmeza del evangelio, buscamos salidas laterales a las situaciones o, aun peor, permanecemos en silencio? ¿A quién vas a obedecer, al mundo o a Dios? ¿Sucumbirás a la presión de la sociedad y de tus semejantes, o permanecerás firme en tus convicciones y creencias?
Pero qué sucede si la elección no es ‘blanco o negro’ – ¿qué sucede si existen variados puntos de vista o perspectivas? Después de todo, la Biblia no nos habla específicamente de toda situación que podamos confrontar. Para mí, la respuesta está en la frase “ante la Mirada de Dios”. Esto realmente aclara cualquier duda (aunque no siempre me guste la respuesta). “Correcto ante La Mirada de Dios” no siempre es lo más obvio, lo más fácil, lo menos confrontante, o conveniente. Pero siempre es lo correcto. La próxima vez que te sientas algo confundido sobre el correcto proceder, colócate ante la mirada de Dios. Tu decisión será mucho más clara.
¿Has estado ignorando o dando rodeos a una situación? Por ejemplo, ¿has estado tratando de convencerte a ti mismo que un lenguaje no-Cristiano está bien en un campo de golf, o que decir chistes inapropiados está bien siempre y cuando estés entre amigos? Contesta esta pregunta, ¿Qué es lo correcto ante la Mirada de Dios?
Fuente: Liga del Testamento