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Hablo a vosotros, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio, por si en alguna manera pudiera provocar a celos a los de mi sangre y hacer salvos a algunos de ellos. (Romanos 11:13-14)
Pablo dice, «soy apóstol a los Gentiles de lo cual me alegro, pero si haciendo esto entonces puedo motivar a mi gente (aun si es por envidia) – entonces al menos algunos serán salvos.» Recuerde las palabras que Pablo escribió a los Corintios (1 Corintios 9:20): «Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la Ley (aunque yo no esté sujeto a la Ley) como sujeto a la Ley, para ganar a los que están sujetos a la Ley.» Él se refería en parte a Hechos 21:24, donde se sugirió que él participara en un ritual de purificación para demostrar su obediencia a la ley: Tómalos contigo, purifícate con ellos y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la Ley.»
¿Debía Pablo haber participado en un ritual de purificación (prestado un juramento y haber afeitado su cabeza) a pesar de la vida bajo la gracia y no la ley? Creo que la misma definición de la vida bajo los medios de gracia significa que él podría hacerlo si él lo eligiera.
En Corintios 9:21-22, Pablo sigue explicando: «a los que están sin Ley, como si yo estuviera sin Ley (aunque yo no estoy sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin Ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.» Desde el punto de vista de Pablo, sus responsabilidades como apóstol de los Gentiles también incluyó la tentativa de motivar a sus hermanos judíos para volverlos a Cristo. Haciendo esto, Dios fue glorificado y llevó a cabo Su objetivo de salvar vidas no sólo entre los Gentiles, sino entre los judíos también.
¿Piensa usted que Pablo encontró satisfacción en su ministerio? Por supuesto que sí – como la mayor parte de las personas involucradas en las áreas donde Dios las ha llamado. ¿Cuál es su ministerio? ¿No tiene uno? Entonces empiece. No tiene que ser grande. Enseñe en una clase de Escuela dominical. Ayude a servir almuerzos o participe en el ministerio de atención durante el servicio. Lo que sea, ocúpese y usted también será bendito mientras bendice a otros.
Fuente: Liga del Testamento
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