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Os digo que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres… Romanos 15:8
Mi árbol genealógico remonta su linaje atrás a un pedazo de Amerindio lanzado en la mezcla del Mestizaje. Durante la edad de los patriarcas – Abraham, Isaac, y Jacob -, mis antepasados corrían alrededor de los bosques entre sus ríos y selvas. Estoy bastante seguro de que a ellos no se les prometió nada directamente por Dios. No así a los judíos.
En nuestro pasaje de hoy, Pablo nos dice: «Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión». La NVI usa una expresión similar: «Les digo que Cristo se hizo servidor de los judíos». Ambos reflejan dos partes del mismo concepto: en primer lugar, Cristo vino a los judíos para demostrar que pueden confiar en la palabra de Dios («… para mostrar la verdad de Dios»); y en segundo lugar, Él hará fielmente bien en todas Sus promesas («para confirmar las promesas hechas a los padres»). Puesto de manera simple, en Jesucristo, cada promesa que Dios hizo a los judíos – fue, es, y será – cumplida.
La mayor parte de judíos no cristianos siguen esperando con expectación a que Dios realice Sus promesas sin entender que Él lo hecho ya. ¿No es eso un poco semejante a usted y a mí? ¿Por qué espera usted lo que Dios le ha dado ya en Cristo? ¿Paz, alegría, descanso, reconciliación, o abundancia? La Biblia nos dice que todo esto se encuentra en Jesús – no en el futuro, sino aquí mismo y ahora. ¿Aceptará usted la verdad de Dios?
Fuente: Liga del Testamento
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