Consultorio para el alma | ¿A quién evitas? | Por: José Rojas

“Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compañeros llegaron a Perge de Panfilia; pero Juan, apartándose de ellos, volvió a Jerusalén. Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un sábado y se sentaron. Hechos 13:13-14”

Debes haber notado, que una de las primeras cosas que Pablo hace al llegar a una ciudad o pueblo es ir a la sinagoga local (casa de oración o Iglesia), el día Sabbath (Sábado). ¿Por qué siempre fue allí primero? Una de las pistas la tenemos en Romanos 1:16, cuando Pablo escribe, “No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree, del judío primeramente y también del griego.” ¿Tenía Pablo la culpa de dar trato preferencial a los Judíos? No, él estaba simplemente siguiendo la tradición de la Biblia. A través de las Escrituras se les había prometido a los Judíos un liberador y REY, quien también sería un consuelo para ellos. El Mesías había sido profetizado y anticipado durante miles de años, así que creo que Pablo sintió que tenía una obligación de dejar que los Judíos supieran que el Mesías había venido en la persona de Jesucristo, antes de hablarles a los Griegos o Gentiles. ¿No tendrías tú la misma obligación? ¿No querrías que tu “pueblo” lo supiera primero que nadie? ¿No estarías ansioso por decírselos? Algunos de nosotros nos detendríamos allí y diríamos “No, yo no estaría ansioso por decirles nada, porque yo sé como es mi pueblo, son obstinados, intransigentes, y no me creerán. Preferiría

decírselo a extraños, quienes puede ser que sean un poco mas abiertos”. Pablo tenía toda la razón de pensar lo mismo, porque casi en todas las oportunidades, seguido de su prédica y enseñanza acerca de Jesús, los Judíos lo echaron del pueblo, muchas veces con amenazas de muerte. Pero eso no lo detuvo, él escribió: “No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree: para el Judío primero, luego para los Gentiles.” Por lo tanto él dejaba a un lado el miedo por su vida y los sentimientos de rechazo y vergüenza, y comenzaría con los Judíos (su pueblo) — primero!

Cuando se refiere a compartir las buenas nuevas sobre Jesucristo, ¿Con quién comienzas? , o mejor dicho, ¿a quién evitas? ¿Es a un familiar o a un amigo cercano? ¿Tienes miedo de sentir vergüenza, de hacer el ridículo, o algo peor? ¿Cómo puedes superar tus miedos y confiar únicamente en “el poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree”? Prepara una lista de 3 a 5 personas cercanas a ti que no conocen a Jesús. Ora regularmente por ellas. Busca oportunidades para hablar con ellas. Invítalas a almorzar o a tomar un café. Trata de ver si vendrían a la iglesia contigo. No dejes que el miedo al rechazo te detenga de seguir en tu camino.

Fuente Liga del testamento

joserojastrejo68@gmail.com

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