Isaías Márquez
Difícil y hasta casi imposible determinar cuándo y/o cómo podría decidirse la ofensiva terrorista que el grupo miliciano palestino Hamás reiniciara contra Israel desde el sábado 7/10, a la culminación de la festividad judía del Shavuot. Sin apologías y /o contras hacia alguno de ambos, aclaremos que el núcleo de tal ofensiva proviene de la razia que Israel inició desde junio 1967 (Guerra de los Seis días); es un reconcomio que ha intoxicado la conciencia de israelíes y palestinos, quienes obviaron las oportunidades de Madrid y Oslo para avenirse y lograr una solución entre dos Estados de fronteras garantizadas y reconocidas internacionalmente.
Gaza es un enclave palestino, que ha vivido aislado del mundo Por alrededor de unos 20 años, dependiente de la caridad internacional; sobre una extensión de apenas unos 400 km cuadrados al oeste del mar Muerto, a orillas del Mediterráneo (antigua Filistea), en donde reside cerca de unas dos millones de personas (unas cinco mil/km cuadrado); 90 la española, la energía eléctrica depende de Israel, no disponen de maquinaria pesada y solo un diez por ciento de la población disfruta del servicio de agua potable. Se trata de una sociedad con desocupación extrema y una juventud sin expectativas, que desde 1994 la gobierna Hamás, no por autodeterminación de sus pobladores, sino por imposición del grupo miliciano de referencia, en desafío abierto a la Autoridad Palestina. Asimismo, se estima que unos 500 terroristas de Hamás recibieron entrenamiento de las fuerzas Quds de Irán para el ataque brutal contra Irán; situación que día a día tiende a agravarse.