Confirman 58 reos fallecidos y doce heridos en nueva masacre en cárcel Ecuador

Una ambulancia sale hoy de la penitenciaría de Guayaquil (Ecuador). EFE/Marcos Pin

Quito, 13 nov (EFE).- Un total de 58 reos fallecieron y otros 12 resultaron heridos en una nueva masacre registrada en la penitenciaría de la ciudad de Guayaquil, situada en el suroeste de Ecuador, informó este sábado el gobernador de la provincia de Guayas, Pablo Arosemena.

«A este momento, la información que tenemos son 58 personas privadas de la libertad (PPL) que han fallecido y 12 se encuentran heridos, recibiendo el apoyo médico», detalló en una rueda de prensa el gobernador de Guayas, cuya capital es Guayaquil.

El dirigente anotó que la Policía estaba en el centro penitenciario cuando se escucharon detonaciones y se detectó que reos que no estaban dentro de sus pabellones «intentaban acorralar a los PPL del pabellón 2», donde no había un cabecilla de la banda que tiene presencia en ese pabellón, pues día atrás fue liberado por haber «cumplido el 60 % de su condena».

«Al estar ese pabellón sin cabecilla, otros pabellones con otras bandas pretendían doblegarlos, entrar a hacer una masacre total», señaló Arosemena al comentar que en el pabellón 2 están recluidas aproximadamente 700 personas.

El gobernador provincial aseguró que anoche se desplazó con otros funcionarios hasta la penitenciaría y constataron «cruce de balas muy intensos, y muy cercanos a la puerta de ingreso a la penitenciaría, detonaciones, una situación de salvajismo».

La Policía usó gases lacrimógenos para disuadir la situación, anotó Arosemena al hacer énfasis en que los reos que intentaban entrar al pabellón 2 no sólo disparaban «y hacían detonaciones, sino que estaban tratando de hacer un hueco en la pared. Al no poder entrar por la puerta, (querían) hacer un gran orificio, ponerle dinamita y entrar para poder someterlos».

«Al mismo tiempo quemaban colchones, generando humo tóxico buscando intoxicar», afirmó el gobernador de Guayas, ante lo cual la Policía ingresó a los pabellones, específicamente al 2 en medio de la oscuridad «porque el sistema de iluminación había sido destruido».

De acuerdo con Arosemena, el ingreso de la Policía Nacional a la madrugada «permitió salvar vidas y que no sea una circunstancia aún mucho más lamentable».

Las Fuerzas Armadas actuaron en el perímetro uno, en las afueras del centro penitenciario, que es el límite permitido por una resolución de la Corte Constitucional.

 

AUSENCIA DE CABECILLAS

La comandante general de la Policía, Tannya Varela, recalcó que los hechos obedecen a una disputa de territorios de bandas delictiva en el interior del centro penitenciario, donde algunos pabellones están sin sus cabecillas «pues de una manera que sorprende a toda la ciudadanía han sido puestos en libertad luego de haber cumplido el 60 % de la pena».

Ese vacío de poder generó la disputa de ayer «de una manera más violenta de lo normal», señaló.

Según Varela, el uso de drones permitió detectar que habían presos de unos tres pabellones «deambulando libres por todo el centro penitenciario armados y con explosivos».

La Policía realizó un barrido por todo el centro penitenciario para que los reos vuelvan a sus pabellones y protegió el número 2, dijo Varela al comentar que las fuerzas del orden permanecerán en el sitio mientras se arreglen las instalaciones.

«Esto que ha pasado, posiblemente pueda generar otras acciones, tomando en consideración» que hay una ausencia de cabecillas, alertó la comandante general policial al detallar que diez reos fallecieron en el pabellón 2 y los restantes en «un área denominada transitoria».

«Tengo entendido -dijo- que el pabellón 3 es el que atacó al 2 y los pabellones 7, 8 y 9 fueron los que ingresaron hacia esta área transitoria donde tenemos el mayor número de fallecidos», afirmó Varela.

En la intervención policial se incautó un fusil, dos armas cortas y diez tacos de dinamita, especificó Varela en la rueda de prensa.

En la penitenciaría donde este mismo año ocurrió otra masacre que terminó con la vida de 118 reos, hay 8.000 presos distribuidos en doce pabellones de entre 700 y 800 personas cada uno.

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