La crisis llegó para quedarse en el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Iahula). Ninguna de sus especialidades escapa a las dificultades; actualmente el servicio de coronarios, lugar donde se atienden a los pacientes con problemas cardiológicos, no cuentan con los insumos mínimos y medicamentos para garantizar una óptima atención a quienes tienen problemas en el corazón.
Lissette Aranguibel, jefe del Servicio de Cardiología del Iahula, denunció que en el principal centro asistencial de Mérida no cuentan con medicamentos para atender a los pacientes que llegan infartados o con alguna afectación en el corazón, pues la Enoxaparina, Clexane, Aspirinas, Clopidogrel, entre otros, desaparecieron de la despensa de esta área.
Aranguibel dijo que la medicina contempla realizar procedimientos de sistemas invasivos, tales como los cateterismos cardíacos, marcapasos, desfibriladores y demás dispositivos para salvar la vida de los pacientes críticos; sin embargo, motivado a la crisis por la que atraviesa el Iahula, estos protocolos se dejaron de realizar, pese a que son necesarios.
Estos protocolos “los ameritan los pacientes que están en situación de bloqueo, trastornos, y la semana pasada tuvimos cuatro fallecidos, algunos estaban en espera de estratificación invasiva o de implantes, porque aquí no hay equipos ya que son de alto costo por ser importados”.
La galeno enfatizó que de manera reiterada ha solicitado ante la dirección del Iahula una pronta solución ante tantas debilidades por las que atraviesa este servicio, pero solo ha obtenido como respuesta que “están en proceso de solucionarlos”.
“Por ejemplo, los exámenes de laboratorio que son tan importantes para los pacientes no se disponen en la institución, porque según nos informan que no hay proveedores de reactivos y que están en la gestión del proceso, pero esa gestión de proceso se ha hecho muy prolongada, esto se debe a la falta de prevención y planificación en función de las estadísticas de las demandas de usuarios del servicio, en términos administrativos la demanda sobrepasa la oferta de la institución”.
Aludió la mortalidad en cardiología, por la falta de procedimientos indicados. “Si nosotros lo cumplimos y el paciente fallece, pues se puede decir que son casos complicados, pero al no poder suministrar y realizar los procedimientos, no sabemos cuál sería la evolución si se le cumple el tratamiento que está indicado para cada caso”.
Explicó que de los cuatro fallecidos la semana pasada, uno de ellos era un joven con insuficiencia cardíaca en estado terminal, lo más recomendable por la medicina fue haber realizado un trasplante cardíaco, “era una persona joven, que en otro sistema de salud se le hubiese podido brindar a este y otros pacientes el trasplante, pero en Venezuela no está disponible por diferentes razones”.
No hay como ayudar
Por su parte Flor Sánchez, médico residente del tercer año de Cardiología, dejó claro que en el país no se garantiza un sistema de salud gratuito para todos los ciudadanos, tal como lo establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, debido a que los pacientes deben comprar todos los materiales, insumos y medicamentos necesarios para ser atendidos.
Aquellos pacientes que ingresan al Iahula con un bloqueo auriculoventricular, dijo, “amerita de vida o muerte un implante de estimulación temporal, cada cable tiene un costo aproximado de 2 millones 500 mil bolívares, son muy pocos los pacientes que tienen la posibilidad de buscar ese dinero, inclusive hay pacientes que han puesto en venta o hipotecado sus casas para poder comprar estos dispositivos porque si no se muere, ha pasado que fallecen porque no hay como hacer estimulación ventricular”.
La doctora Sánchez no se explica cómo desde la dirección les prometen a los pacientes que les van a solucionar el problema con un cateterismo u otro requerimiento, los cuales son de alto costo, “cuando ellos saben que lo que va de año el equipo de hemodinamia no está funcionamiento”.
Fue enfática en afirmar que las personas que ingresen infartadas o con alguna otra patología cardíaca y no cuenten con el dinero suficiente para salvar su vida está destinado a morir; ante este panorama sostuvo que para ellos como profesionales de la salud es complicado no poder solucionar el problema de los pacientes al no contar con los insumos necesarios, “a veces los familiares lo culpan a uno que lo que le pueda pasar al paciente es porque uno no hace bien su trabajo, pero no es eso, es que no tenemos los medios para ayudar a los pacientes”.
Altos costos
Un procedimiento invasivo para salvarle la vida a un paciente, establecidos en los protocolos internacionales, específicamente para aquellos que sufren de insuficiencia cardíaca, es el cateterismo, cuyo costo en una clínica privada oscila entre 7 y 10 millones de bolívares; mientras que un estudio electrofisiológico que tampoco se realiza en el Iahula por estar dañado el equipo de hemodinamia, asciende a los 15 millones de bolívares.