Comienza en Bogotá el racionamiento de agua por sequía en los embalses

Fotografía cedida por el Acueducto de Bogotá, que muestra el estado actual del embalse de Chuza en Fómeque, Cundinamarca (Colombia). EFE/Acueducto de Bogotá

Bogotá, 11 abr (EFE).- El racionamiento de agua ordenado por la Alcaldía de Bogotá ante los bajos niveles que tienen los embalses que abastecen a la ciudad, debido a la sequía agravada por el fenómeno de El Niño, comenzó este jueves en numerosos barrios del centro y el norte de la capital colombiana, de casi 8 millones de habitantes, con cortes del suministro por 24 horas.

«Ayer el consumo de agua en la ciudad fue de 17,39 metros cúbicos por segundo. La meta es 15. Con corte al 10 de abril, el nivel de los embalses del Sistema Chingaza era del 16,63 %. La meta es llegar al 20,3 %», dijo el alcalde de la capital colombiana, Carlos Fernando Galán, con el inicio de las restricciones.

Galán se refirió a la situación como «crítica» y pidió a la ciudadanía ahorrar agua.

Este jueves comenzó el racionamiento en el primero de los nueve sectores en los que ha sido dividida la ciudad y municipios cercanos, que se alternarán en jornadas de 24 horas sin suministro de agua, una medida establecida por las autoridades locales de forma indefinida con el objetivo de reducir el consumo en dos metros cúbicos por segundo.

Fotografía cedida por el Acueducto de Bogotá, que muestra a un trabajador en el área de control de válvulas del embalse de Chuza, en Fómeque, Cundinamarca (Colombia). EFE/Acueducto de Bogotá

Cada quince días se evaluará la medida del racionamiento para ver si se puede «reducir, relajar, mantener o si, inclusive, tenemos que volverla más restrictiva», explicó el alcalde.

Debido a la escasez de lluvias, agravada por el fenómeno de El Niño, los embalses del sistema Chingaza, principal proveedor de agua de Bogotá, están en niveles críticos.

Los otros dos sistemas que abastecen a la capital, el Agregado Norte y el Agregado Sur, están un poco mejor, con niveles del 54,23 y el 44,34 % de su capacidad, respectivamente, pero responden por solo el 30 % del agua que consume la ciudad, de casi ocho millones de habitantes.

«Cada ciudadano debe saber que la mitad de su agua depende entonces de que exista el páramo, de que éxista la selva llegando a la cordillera y de que exista el bosque alto andino que ya se depredó en un 80 % por sembrar pastos o hacer minería para la construcción (sic)», expresó, por su parte, el presidente colombiano, Gustavo Petro, en su cuenta de X.

Petro también envió un mensaje de concientización: «Nuestra previsión sobre la crisis climática en una sequía y calor impredesible nos hizo creer que sería la Guajira el punto más crítico (en Colombia). Hoy por hoy se ubica en Bogotá (sic)».

El Gobierno colombiano también ha alertado sobre la necesidad de ahorrar agua en todo el país ya que la sequía por El Niño ha reducido drásticamente el nivel de los embalses, lo que compromete no solo el abastecimiento de agua sino también la generación de energía eléctrica, ya que la matriz energética colombiana en su mayor parte es hidroeléctrica.

Fotografía cedida por el Acueducto de Bogotá, que muestra a trabajadores en un área del embalse de Chuza en Fómeque, Cundinamarca (Colombia). EFE/Acueducto de Bogotá

 

 

 

 

 

 

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