Desde el criterio de la psicología del color, el rojo es el más «apasionado», suele usarse como señal de alarma y reclamo, pues capta la atención de inmediato. También se asocia con la sangre, el amor, la intimidad y la alegría.
Asimismo, el color rojo se puede vincular con las malas notas, a los problemas económicos (números rojos), a la guerra, a la violencia o a lo prohibido. El rojo está muy presente en las señales de tráfico, en los semáforos, en los precios de las rebajas y en los alimentos (fruta, carne, entre otros).
Asimismo, el rojo es indicador de la atracción sexual. Por eso las prendas de este color, siempre han tenido un toque especial y una intención seductora, porque elevan la autoestima de quien las lleva. Tiene su explicación científica.
«Según un estudio liderado por Anne Berthold, psicóloga de la Universidad de Zúrich, en Suiza, las personas que se visten con tonos rojos se ven a sí mismas más guapas y atractivas que las que van vestidas de azul. Para llevar a cabo la investigación, publicada en el European Journal of Social Psychology, los científicos pidieron a un grupo de voluntarios que se pusieran una camiseta o azul o roja y que entraran en unos compartimentos equipados con espejos, como los probadores de las tiendas. Luego, les solicitaron que evaluaran su propio atractivo.
Finalmente, les indicaron que se volvieran a calificar, pero en esta ocasión después de hacerse una foto a sí mismos y verse en ella. El resultado fue concluyente: los que iban de rojo se sentían más sexis. Según los autores de la investigación, la razón de este efecto es que este color llama más la atención e indica disponibilidad erótica. Vestirse de rojo indica que estás sexualmente más receptivo que si te pones ropa azul o de otro color. Esto tiene una contrapartida: que lucirlo puede ser contraproducente para los individuos más tímidos, a los que les resulta incómodo llamar la atención ajena.»