Colombia custodia las semillas que aseguran la seguridad alimentaria de todos

Un colaborador del área de Calidad de Semillas del Banco de Germoplasma de la Alianza de Bioversity International y el CIAT, trabaja con semillas de frijol

Cali (Colombia), 30 nov (EFE).- La pandemia ha elevado la pobreza en Latinoamérica a niveles que no se veían desde hace décadas, por eso en la ciudad colombiana de Cali se está erigiendo un «Arca de Noé» de semillas que guarda miles de variedades para garantizar la seguridad alimentaria en todo el mundo.

Se trata del edificio «Semillas Para el Futuro», situado en la carretera que conduce de Cali, la tercera ciudad más importante de Colombia, al aeropuerto internacional Alfonso Bonilla Aragón, el principal del suroeste del país.

Un «Arca de Noé» que custodiará la «riqueza genética» de más de 67.000 muestras vegetales distintas que podrán garantizar la seguridad alimentaria de la humanidad, explicó a Efe el director de Investigación en Cultivos para la Nutrición y la Salud de la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), Joseph Tohme, promotores de esta iniciativa.

 

Un experto del área de Calidad de Semillas del Banco de Germoplasma de la Alianza de Bioversity International y el CIAT, muestra semillas de frijol

FÓRMULA CONTRA LA POBREZA

La pobreza y la pobreza extrema alcanzaron en 2020 en América Latina niveles que no se habían observado en los últimos 12 y 20 años, respectivamente, debido a la pandemia, según reveló en marzo pasado la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Dicha situación, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se debe a las deficiencias en los sistemas alimentarios que amenazan la vida y los medios de subsistencia de personas en todo el mundo, sobre todo de las más vulnerables y las que viven en contextos frágiles.

El informe del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2021 revela que durante 2020 entre 700 y 800 millones de personas en el mundo padecieron hambre.

Son «datos tristes» para el CIAT, que tiene su sede en Cali desde hace 45 años, en una antigua casona que otrora fue una planta de procesamiento de carne.

Allí custodian semillas principalmente de frijoles, yuca y forrajes tropicales que sacan de aprietos alimenticios a países de África oriental, especialmente; Europa del Este, Oceanía y todo América.

Pero su capacidad de almacenamiento está llegando a su fin, por eso decidieron construir un lugar acorde a las necesidades tecnológicas, medioambientales y de sostenibilidad que requiere el planeta.

 

SEMILLAS PARA EL MUNDO

La iniciativa, similar a la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, situada en una isla noruega en el Ártico, surgió en 2013; en 2018 empezó la obra, con una inversión de 17,2 millones de dólares, y en 2022 será puesta al servicio de la humanidad.

Esta iniciativa permitirá conservar y distribuir colecciones de cultivos que incluso ya no se encuentren en la naturaleza; y también contará con espacios para investigación y capacitaciones que permitan el relevo generacional de la agricultura.

«Tenemos materiales de cientos de países, pero quienes se encargan de su cuidado e investigación son colombianos. Investigadores, biólogos, ingenieros, entre otros, hacen desde aquí sus contribuciones al mundo», dice orgulloso Tohme, al tiempo que señala que hay un grupo más pequeño de investigadores de 30 nacionalidades.

Enfundado en una camiseta con semillas estampadas en su dorso, Joseph Tohme explica que «Semillas del Futuro» tiene potencial para mejorar la calidad y tolerancia de las semillas a condiciones climáticas adversas como las sequías, bajas temperaturas e inundaciones.

También para aliviar crisis como la ocurrida en 1998 tras el paso del Huracán Mitch, que arrasó la tercera parte de los cultivos básicos en Centroamérica.

En ese momento, conseguir granos y sorgo para ganado se convirtió en el principal problema, pero el antiguo repositorio de la CIAT contribuyó a recuperar la producción agrícola y la seguridad alimentaria en Honduras y Nicaragua.

Cincuenta países han recibido desde 2014 un número cercano a 28.000 variedades de cultivos para solventar sus dificultades de alimentación, tras la petición de gobiernos, agricultores y otros ciudadanos a la CIAT.

«Esta donación a la humanidad es libre de costo», explica Marcela Santaella, gerente de operaciones del edificio de Germoplasma (banco de semillas).

Quienes quieran acceder, solo tienen que diligenciar un formato en la web de CIAT y esperar de cuatro a ocho semanas; un tiempo corto si se tiene en cuenta que de lo que se habla es de proteger la seguridad alimentaria en el futuro.

 

 

 

 

 

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