Bogotá, 9 abr (EFE).- El legado del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán fue recogido por una Colombia que conmemoró este domingo el asesinato de este líder político, un hecho que desencadenó el levantamiento popular conocido como «El Bogotazo» y es considerado un episodio clave de la violencia política en el país.
La ceremonia principal tuvo lugar en Exploratorio Nacional, un complejo arquitectónico ubicado al lado de la casa en la que vivió el caudillo liberal y donde está sepultado, aunque el lugar está abandonado.
Durante la jornada hubo una armonización espiritual y cantos de sanación de mamos de la Sierra Nevada de Santa Marta, así como una eucaristía oficiada por el sacerdote jesuita Javier Giraldo y fue sembrado un rosal blanco que simboliza la resurrección del Exploratorio Nacional como lugar de memoria.
La obra «está inconclusa» y «este Gobierno debe terminarla, precisamente para que la memoria sea, no para que la memoria desaparezca», dijo el presidente colombiano, Gustavo Petro, durante la ceremonia, en la que participó virtualmente.
La idea es crear allí el Centro Gaitán y aprovechar la obra arquitectónica de Rogelio Salmona, quien diseñó el edificio hoy abandonado.
«Es una instancia que hay que recuperar. Estamos viendo cómo lo logramos (…) Nosotros tenemos que revivir a Gaitán. El Gobierno del Cambio es el
Gobierno donde Gaitán vive. Un Gaitán líder, un Gaitán convocante, un pueblo que vuelva a ser el sujeto de la historia», afirmó Petro.
EL BOGOTAZO
El 9 de abril de 1948 tres disparos de Juan Roa Sierra y el grito de «Mataron a Gaitán» recorrieron Bogotá y sumergieron al país en una espiral de violencia de la cual no ha podido salir.
El caudillo liberal, abogado y orador brillante, fue tiroteado pasada la una de la tarde cuando salía de su oficina en el centro de la ciudad, que se convirtió en epicentro de una revuelta popular que linchó a Roa Sierra, de manera que nunca se pudo saber si actuó solo o mandado por alguien.
El gaitanismo estaba constituido por sectores populares que tras el asesinato de su líder saquearon e incendiaron la capital, asonada conocida como «El Bogotazo» o «El 9 de Abril».
Esas trágicas horas se saldaron con la intervención del Ejército y dejaron por lo menos 550 muertos, según los periódicos de la época, cifra que investigadores elevan a más de 2.000.
UN LEGADO GRANDE
«Yo no soy un hombre, soy un pueblo» y «El pueblo es superior a sus dirigentes», dos de las frases más recordadas de Gaitán, fueron inmortalizadas junto a su imagen en los billetes de mil pesos como homenaje a su destacada «influencia en la política colombiana del siglo XX», según el Banco de la República.
Gaitán, llamado «el caudillo del pueblo», estaba convencido de que el poder debía radicar en el pueblo y no en la élite política y económica en una época en que la desigualdad social era evidente y el país ya sufría la violencia entre conservadores y liberales que, con otros actores, se ha prolongado hasta hoy.
Justamente ese discurso lo recoge Petro, quien aseguró este domingo que su Gobierno es «una ruptura» y por lo tanto se revitaliza «a partir del origen gaitanista, de esa convocatoria gaitanista, del pueblo de Colombia».
El presidente añadió que «un pueblo movilizado es fundamental para transformar el país» y que Gaitán «sigue siendo entonces el espíritu que lanza a la población a la calle».
«Creo que él tenía toda la razón en el sentido que no se podría construir las reformas, no se podría construir justicia social, no se podría construir una democracia moderna sin un pueblo en las calles, sin un pueblo movilizado», dijo el mandatario, que esta semana invitó a sus seguidores a apoyar con manifestaciones las iniciativas que su Gobierno impulsa en el Congreso.
La nieta del caudillo liberal, María Gaitán Valencia, dijo en una entrevista con EFE que 75 años después del magnicidio, el pensamiento político y social de su abuelo sigue vigente, especialmente en los tiempos de cambio que vive el país.
«Yo creo que el pensamiento de Jorge Eliécer Gaitán no solamente está vigente sino muy presente», afirmó la nieta de Gaitán quien invirtió sus apellidos -Valencia Gaitán por Gaitán Valencia- como un «acto de resistencia» y hoy es directora del estatal Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).