Colas para gasolina son el regalo menos deseado

Advierten que muchas gasolineras no trabajarán este 24. Fotos: Oswaldo Vergara

Los conductores trujillanos pasarán víspera de Navidad en las colas de las estaciones de servicio. Aunque ninguno quería, les tocó ese regalo, desprendido de la escasez de gasolina en la región andina. En un recorrido por algunas bombas de la ciudad de Valera, se observó que varias de ellas estaban cerradas. Los choferes, desesperados para no quedarse varados este 24 y 25 de diciembre, se aglomeraban en aquellos lugares donde habían surtido durante la noche del viernes y la mañana de ayer.

Dentro de la ciudad, las filas tenían unos 80 vehículos y, fuera de ella (en el Eje Vial) doblaban ese número. De acuerdo a los encargados de estaciones encuestados, reciben gandolas de combustible un día de por medio. En consecuencia, se ven obligados a cerrar, mientras llegan los vehículos de carga. Hoy, aquellas que surtían con normalidad, van a estar cerradas, pero el resto trabajará en su horario normal (de 5:00 am a 7:00 pm o 6:30 am a 10:00 pm) o hasta acabarse el producto.


Tres horas valiosas

El combustible llega, por lo general, un día sí y otro no.

En promedio, los conductores deben esperar tres horas para poder llenar sus tanques. Esto cuando abre la estación, pues la mayoría sacrifica su tiempo de sueño y pasan la madrugada en las entradas de los puntos PDV. Admiten que han dejado de hacer diligencias importantes, como buscar comida o víveres para el hogar. Otros lamentan desperdiciar la época navideña en vano. Preferirían estar reunidos con sus familias en la acostumbrada preparación de las hallacas.


David Ruiz: “es difícil esta situación de las colas en las gasolineras. Yo estoy desde las 5:30 de la mañana. Estoy aquí y he dejado de comprar comida, que es otra cola. Espero que se solucione antes de fin de año, pero no creo”.

Niurka Ruiz: “esto de estar en una cola desde la madrugada es fatal. El Gobierno nos tiene en esto. Por esto muchos jóvenes se han ido del país. No se aguanta. Yo dejé de hacer hallacas para venir y de aquí me meto a la cocina”.

Rómulo Maldonado: “es lo mejor que nos ha pasado (risas) el año pasado nos dieron el bono, quitar el billete de 100 Bs. Ahora es la cola para la comida y gasolina, falta de gas. Estoy aquí porque es necesario tener el tanque lleno para el 24 y 25, cuando uno sale de madrugada”.

Néstor Pinto: “hoy me dejé de ganar 800 mil bolívares por estar metido en esta cola. Soy comerciante y necesito el carro para trabajar. Hoy lo necesito lleno porque 24 y 25 uno tiende a visitar a familiares que viven lejos”.


Floja la venta de hojas

Los vendedores de hojas no saben qué hacer con ellas. A principio de la semana vendían el kilo a 15 mil y para el día viernes ya costaban 8 mil. “La gente no está haciendo muchas hallacas”, comenta un vendedor, “y si hacen es de caraotas, porque no hay carne”.

 

 


No hay gas pero sobra la leña

A falta de gas, buenos son los fogones. El pueblo lo sabe desde principios de año, cuando el servicio de este combustible doméstico empezó a fallar. La gente comenzó a comprar leños y volver a la época de las cavernas para cocinar sus alimentos en sus patios. En esta temporada, unos por tradición y otros por resignación, han optado por comprar leña. En el mercado está en 10 mil bolívares un paquete de 10 u 8 palos. Al menos se agradece el sabor ahumado, que tendrán las multisápidas.

 


Bondades en nombre de Jesús

La iglesia evangélica “El Evangelio Cambia” organizó en la ciudad de Valera, en plena Avenida Bolívar, frente a la Torre Unión, un compartir para los más pequeños de la casa y personas de bajos recursos. De acuerdo a los representantes de esta organización religiosa, se repartió una sopa a los niños y niñas de la ciudad. Igualmente hubo animación de payasitos. La jornada social, encabezada por Jesús Torres, líder de esta iglesia en el estado, tiene como fin difundir el mensaje de amor de Jesús, el único y verdadero Salvador de la humanidad.

 

Se alzaron por la papa

La comunidad de Santa Cruz llamó al Diario de los Andes para informar su molestia, debido al retraso en la venta de una bolsa de comida de Mercal. Manifestaron que fueron a la oficina de este ente, ubicada en la Zona Industrial, donde pidieron hablar con sus encargados. Al parecer, el consejo comunal les cobró el dinero y no les vendió los alimentos. Estaban alterados. Se presentó una comisión de la policía y llegaron a un acuerdo. Al final, los protestantes se fueron con las manos vacías.

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