Luzfrandy Contreras/DLA.- Preocupados y en alerta se mantienen los habitantes de veintitrés viviendas del barrio Marco Tulio Rangel ubicado en la parte baja de la ciudad capital del Táchira, debido a la afectación de aguas servidas y pluviales que según denuncian los vecinos, se registró luego de trabajos realizados por la empresa hidrológica de la región.
Orlando De Pablos residente del sector desde hace 25 años, relató a Diario Los Andes la vivencia dentro de su hogar, advirtiendo que no han tenido descanso desde que una de las paredes de su vivienda se derrumbó por la humedad.
«Esto es grave vienen aguas pluviales que vienen de la calle principal, que al parecer hidrosuroeste vino y arregló y no puso el aparato que debía porque no lo tenían y tengo entendido que lo amarraron fue con tripa y eso viene sucediendo a partir de ahí, y las aguas negras que con el tiempo van colapsando», indicó De Pablos.
Afirma que su fuente de ingresos como taxista no alcanza para realizar trabajos de reparación, o para mudarse a otro lugar, pide a los organismos competentes respuestas ante lo sucedido.
«Como nos dijo Protección Civil aquí hay que desalojar, para dónde nos vamos si es la única casa que tenemos, ¿que nos metan a un refugio y al olvido?», comentó.
Por su parte Fernanda Bello, vecina inmediata de De Pablos, expresó el miedo que sienten al tener que convivir con la incertidumbre de las precipitaciones. Temerosos pasan noches en vela para proteger a su pequeña niña, «estamos muy asustados porque no sabemos en qué momento nos pueda pasar algo».
Debido a la situación económica, Fernanda explica que no tiene como movilizarse a otro lugar, «tenemos dos semanas buscando alquiler por todos lados y no hay. Piden 230 dólares, en dólares ¿cómo vamos a buscar dólares?, entonces no se puede».
Habitantes del barrio Marco Tulio Rangel exigen los arreglos pertinentes por parte de la empresa hidrológica, además solicitan la presencia de entes municipales, regionales y nacionales que puedan generar estrategias y paralizar el colapso de estas viviendas.
Texto y fotos: Luzfrandy Contreras