Lo que pasa en Motatán no tiene nombre, los grupos criminales no permiten que la ciudadanía tenga un mínimo de bienestar en algún aspecto de sus vidas.
Por algún motivo se inventan el cobro de vacuna: pintar las casas, construir, recibir la tickera por bonos del gobierno y tener familiares en el exterior. No se sabe quiEnes son los que están al frente de este tipo de amenazas, pero una vez más, la colectividad sufre en carne viva el caos armado por los maleantes motatanenses.
No hayan manera de lograr dinero fácil, pero dinero no hay, la gente apenas se las está arreglando y hace “milagros” para alimentarse, quienes consiguen uno que otro recurso para recuperar sus casas tienen que haber hecho un gran esfuerzo como para que la delincuencia organizada quiera aprovecharse de eso.
Y los parientes de Motatán que han tenido que aventurarse fuera del país, no están pasándola como reyes precisamente, puesto que sobrevivir en territorio desconocido, cuesta meses y hasta años para poder tener solvencia económica, y eso en el caso de que corra con suerte, sino como otros deben regresar porque no era lo que pensaban.
Entre tanto se pudo conocer que hay investigaciones de cuerpos de seguridad cazando a los criminales que ahora se dieron a la tarea de cobrar vacuna, a quienes tienen parientes en el exterior; al parecer son hampones de la parroquia que intentan posicionarse en la plaza criminal del casco central de Motatán.