En la laboriosa parroquia Mosquey los problemas han caído en un círculo vicioso, según Emilio Quevedo, vocero comunitario y que mantiene en el tapete los problemas que confrontan, así como las soluciones que puedan surgir. Con el anuncio de la llegada de alimentos, algunos miembros del Clap caprichosamente enviaron mensajes telefónicos negándose a recibir el pago en billetes de baja denominación (10 y 20), pero buscando una salida, el beneficiario asoma la posibilidad de una transferencia y también la rechazaron por lo que muchos no adquirieron la bolsa de comida. Las autoridades deben propiciar una contraloría social para determinar qué interés pudiese estar planteado -concluyó Quevedo-.