Redacción Medioambiente, 22 mar (EFE).- Casi cinco décadas después de la creación del Plan de Acción del Agua de Naciones Unidas, unos 2.220 millones de personas carecen de acceso al abastecimiento de agua potable segura a pesar de ser el sexto objetivo de desarrollo sostenible (ODS) y más del 70 % de la población mundial vive actualmente en lugares con inseguridad hídrica.
En el marco del Día Mundial del Agua, cuyo lema este año es «Agua para la paz», datos del Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef señalan además que 771 millones de personas no pueden acceder ni siquiera a servicios básicos de agua potable segura y unos 3.500 millones de personas carecen de servicios de saneamientos seguros.
El estrés hídrico, acelerado por los impactos del cambio climático -que son cada vez más frecuentes e intensos-, está afectando a diferentes zonas del planeta y podría crear conflictos entre países, incluidos los europeos, como ha advertido la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), en un informe reciente en el que recoge que Europa es el continente que sufre el calentamiento más acelerado.
El informe European Climate Risk Assessment (EUCRA) de la AEMA advierte, asimismo, que los impactos del clima amenazan la seguridad energética y alimentaria, la salud de las personas, los ecosistemas, las infraestructuras y la estabilidad financiera y que muchos de estos riesgos ya han alcanzado niveles críticos, como la escasez de agua que puede desatar «conflictos» en territorio de la Unión Europea (UE).
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y el comisario europeo de Medioambiente, Virginijus Sinkevicius, señalaron este jueves que «no puede haber paz sin acceso universal al agua».
Porque más de 3.000 millones de personas dependen del agua que atraviesa fronteras comunes, y existen 468 sistemas acuíferos transfronterizos, sin embargo, solo 24 países han firmado acuerdos de cooperación para los recursos hídricos que comparten, según Naciones Unidas.
En la frontera entre España y Portugal, desde suelo portugués hay voces que reclaman el aumento del caudal del río Tajo desde el lado español, porque, aparte de los impactos del calentamiento global, la retención del volumen de agua está provocando la afectación para determinadas actividades, sobre todo turísticas, aguas abajo tras cruzar la frontera común.
Además, la puesta en marcha en Etiopía de la primera turbina de once contempladas para la generación de energía tras la construcción de la Gran Presa del Renacimiento ha levantado las protestas de Egipto y Sudán que temen que afecte al caudal del río Nilo que pasa por sus territorios en su largo recorrido.
El ingeniero agrónomo y técnico de Ecologistas en Acción (EA) España Santiago Martín Barajas explicó a EFE que el impacto del cambio climático está produciendo «daños irreparables», cuyas consecuencias ambientales harán que la presencia humana sea cada vez «más difícil en millones de hectáreas en el planeta».
Según el técnico de EA, es necesario tomar en cuenta las circunstancias sociales de cada país, porque los sitios donde se depende directamente del agua y los cultivos, si estos descienden se producen -como ya sucede actualmente- hambrunas y migraciones, por lo que el desplazamiento de los «refugiados climáticos» -que ya se desplazan- irá en aumento.
La escasez de precipitaciones y la falta de abastecimiento de agua afecta a zonas de Sudamérica y Centroamérica, África y Asia, con cientos de miles de refugiados climáticos que se están desplazando hacia el norte global, es decir a Europa y Norteamérica, donde está creando un rechazo social y político.
Porque la escasez de precipitaciones y de agua, provocó la falta de alimentos en el Sahel y afectó entre marzo y mayo de 2022 a más de 26,5 millones de personas, según datos del informe de ODS de 2023 de Naciones Unidas.
La ciudad de Bangalore, la «Silicon valley» de la India, se abastecen actualmente con la distribución en camiones cisterna, una situación que ya viven más de 80.000 personas en el sur de España, donde los cortes de agua se prolongan durante varias horas al día.
Pero la escasez de agua afecta también en las ciudades, donde en 2050 vivirá el 70 % de la población mundial, según estimaciones de Naciones Unidas, y donde la falta del recurso afectaba en 2016 a unas 930 millones de personas una cifra que ascenderá a 1.700-2.400 dentro de 25 años.
La situación del agua tiene a los investigadores en una búsqueda incesante de soluciones para el ahorro y la provisión del recurso, soluciones que pasan por la reutilización y la desalinización del agua marina, según expertos, así como la concienciación de que el recurso es finito.