CIENCIA Y ESPIRITUALIDAD: Encuentro de los Hemisferios | Por: Carlos Vignolo

¡Urge la unidad! 

Sólo generando uniones y comuniones en diversos ámbitos podremos transformar las crisis que vivimos y sufrimos-porque son varias que se superponen- en una oportunidad para enmendar el rumbo.

Urge eliminar las polaridades, las oposiciones.

Buena noticia es la disminución de una polaridad mayor: aquella de la Ciencia y la Espiritualidad.

Efectiva y afortunadamente, desde principios del Siglo XX esta polaridad empieza a disminuir. Estos aparentes mundos incompatibles se acercan. Poco a poco se van encontrando.

Las crisis hacen su trabajo.

El dolor enorme de las guerras y las matanzas políticas, ideológicas y religiosas, entre otras atrocidades, generan cuestionamientos y reflexiones profundas en científicos, filósofos, líderes espirituales y ciudadanos conscientes y responsables.

El Siglo de la Ciencia, con Einstein como el Hombre del Siglo, evoluciona hacia un eventual Siglo de la Consciencia, con algunos científicos destacados como actores de este proceso.

El propio Einstein, en su dimensión filosófica, siguiendo a Spinoza, afirmaba:

«Nuestras mentes limitadas no pueden aprender la fuerza misteriosa que mueve a las constelaciones. Me fascina el panteísmo de Spinoza porque él es el primer filósofo que trata al alma y al cuerpo como si fueran uno mismo, no dos cosas separadas».

David Bohm, uno de los físicos teóricos más destacados del Siglo XX, uno de sus sucesores intelectuales mas relevantes, a juicio de Einstein, arrancó de la búsqueda de la unificación entre la física cuántica y la teoría de la relatividad y terminó aprendiendo y colaborando con Jiddu Krishnamurti, a la búsqueda de la unificación de la Ciencia y la Espiritualidad.

Esta convergencia se profundiza y acelera con la emergencia de la inteligencia emocional, que muestra ser de mayor relevancia que el coeficiente intelectual en varios ámbitos del quehacer humano, ¡incluyendo el mundo de la empresa!. La inteligencia emocional tiene como uno de sus pilares fundamentales la Consciencia de Sí.

Los Hemisferios cerebrales se acercan. El izquierdo, el lógico, analítico, verbal, lineal, el de Pienso, luego Existo” comienza a hermanarse con el derecho, el intuitivo, analógico, holístico, no verbal, el de “El Corazón tiene Razones que la Mente ignora”.

La Biología del Amor y del Conversar de Humberto Maturana contribuye a este acercamiento. Al proponer que el Amor es el fundamento de lo humano y que el conversar es una transformación biológica en la convivencia, nuestro Premio Nacional de Ciencias víncula la ciencia a lo espiritual. Ello siendo así si es que adoptamos una interpretación de la espiritualidad como un fenómeno social y no puramente individual, en que la convivencia armónica, solidaria empática, compasiva y colaborativa entre los seres humanos juega un rol central.

El descubrimiento de las Neuronas Espejos, que nos hacen sentir lo que otras personas con las que estamos interactuando están sintiendo, establece bases científicas para la empatía, otras de las dimensiones vinculadas a la espiritualidad.

El Encuentro de los Hemisferios Geográficos, Oriental y Occidental, hace también una contribución a la convergencia de los mundos científico y espiritual. La llegada y expansión de las prácticas espirituales orientales , especialmente el Yoga y la Meditación, se conecta con la ciencia cuando las mediciones de los efectos de estas prácticas muestran claros efectos de estas, no sólo sobre el funcionamiento del sistema nervioso sino también sobre la estructura de este.

Este acercamiento se acelera con la así llamada “Mindful Revolution”, traducible como “La Revolución de la Consciencia”, que tiene una rápida penetración en la educación, la salud y la gestión de organizaciones. Estás prácticas espirituales provenientes de Oriente, especialmente de la India, se agregan a las ya existentes en Occidente, ligadas especialmente a las Religiones, la oración y los rituales religiosos siendo dos de las más destacadas.

La grave crisis por la que el mundo atraviesa, la del hambre, la violencia, la corrupción, las pandemias, el acelerado proceso de destrucción de nuestro medio ambiente natural,  entre muchas otras, está haciendo que un creciente número de personas, especialmente las más conscientes y dolientes, vuelvan a preguntas fundamentales: ¿Para que estamos aquí? ¿Cuál es el sentido último de lo humano? ¿En que momento y porqué se inicio este deterioro de la «humanidad de la humanidad”? y otras propias del mundo de la espiritualidad.

Es este un buen momento para que todas y todos nos aportemos a asegurar y acelerar esta noble y urgente necesidad: la unificación de la Ciencia y el Espíritu.

Seguiremos conversando…

 

Carlos Vignolo

Académico Universidad de Chile

 

 

Salir de la versión móvil