El estadista británico Winston Churchill (1874-1965) no solamente fue uno de los más importantes líderes políticos mundiales del siglo XX, ya que también ganó el Premio Nobel de Literatura en 1953 gracias a su monumental obra: ‘La Segunda Guerra Mundial’ (1948-1953) en 6 volúmenes. Asimismo, Churchill fue un consumado maestro del ingenio y la ironía mordaz para demoler sutilmente a figuras políticas y para analizar diversos temas políticos.
Veamos algunos ejemplos. En un discurso que pronunció en la Cámara de los Comunes el 20 de diciembre de 1912, dijo sobre Lord Charles Beresford: “Él es uno de esos oradores de quienes se puede muy bien decir: “Antes de levantarse, ellos no saben lo que van a decir; cuando están hablando, no saben lo que están diciendo; y cuando se han sentado, no saben lo que han dicho”.
Asimismo, Clement Attlee (1883-1967) fue Primer Ministro de Gran Bretaña entre 1945 y 1951, y residía en Downing Street, y Churchill se la dedicó muy sutilmente. Por ejemplo, en una ocasión dijo: “Clement Attlee es un hombre modesto, que tiene muchos motivos para ser modesto” (1). En otra ocasión dijo: “Un taxi vacío llegó a 10 Downing Street, y cuando se abrió la puerta, salió Clement Attlee” (2).
En otra ocasión, en su discurso en la Cámara de los Comunes en fecha 11 de noviembre de 1947 expresó que la democracia es un mal gobierno pero es el menos malo de los gobiernos: “Muchas formas de gobierno han sido intentadas (…) Nadie pretende que la democracia sea perfecta o sea toda sapiencia. En realidad se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, excepto todas las otras formas de gobierno que se han intentado en el tiempo”.
En otra ocasión dijo: “Yo soy muy afectuoso con los cerdos. Los perros levantan la mirada hacia nosotros. Los gatos bajan la mirada hacia nosotros. Solamente los cerdos nos tratan como iguales” (3).
En otra ocasión, el 1 de octubre de 1939, Churchill dijo sobre Rusia: “Yo no puedo predecir y decirle a usted cuál será la acción de Rusia. Es un acertijo, envuelto en un misterio dentro de un enigma: Pero quizás hay una llave. Esa llave es el interés nacional de Rusia”.
Winston Churchill cayó en un severo alcoholismo y consumía mucho whiskey, y tuvo graves crisis depresivas. Pero siempre ironizó sobre su propio alcoholismo y en una ocasión le dijo a su esposa Clementine: “Recuerda siempre, Clemmie, que yo he tomado más del alcohol, que lo que el alcohol ha tomado de mi” (4).
En fin, Churchill ilustra que se puede adversar a un opositor sin vulgaridad, sin odio, sin violencia, sin indecencia, sin grosería. NOTAS: (1) En ‘Chicago Sunday Tribune’, ‘Magazine of Books’, 27 de junio de 1954 (2) Pag. 72 en ‘The Oxford Dictionary of Modern Quotations’ (1991), Oxford Univ. Press. (3) Pag. 216 en ‘The Oxford Dictionary of Quotations’ (Fifth edition, 1999), Oxford Univ. Press. (4) Pag. 72 en ‘The Oxford Dictionary of Modern Quotations’ (1991), Oxford Univ. Press.
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