Por: José Luis Colmenares Carías
La tecnología ha revolucionado nuestra comunicación, mejorando la productividad en las organizaciones. Sin embargo, también ha exacerbado el chisme negativo, permitiendo que la información se difunda rápidamente y se fije en la memoria colectiva de los equipos. En este artículo, analizamos los efectos del chisme negativo y cómo su falta de control erosiona la confianza y la colaboración a partir del uso de las redes sociales. Además, ofrecemos estrategias para fomentar una comunicación efectiva y consciente en las organizaciones.
Alcance del chisme negativo en las organizaciones
En chats y redes sociales, los comentarios pueden sacarse de contexto y compartirse repetidamente. Esto genera riesgos importantes para la gestión emocional de los empleados y la cohesión dentro de la organización. Sin límites claros y buenas prácticas de gestión, el ruido digital puede erosionar la confianza entre los equipos, desviar la atención de las tareas y afectar la toma de decisiones. Los rumores pueden transformarse en historias persistentes que impactan negativamente el ambiente laboral.
La tecnología ha acelerado la difusión de chismes, haciendo que se propaguen más rápido y permanezcan en el aire por más tiempo. Lo que se dice en línea puede ser guardado y compartido una y otra vez, lo que intensifica los problemas ya mencionados. Factores digitales, como los algoritmos y las capturas de pantalla, complican aún más la situación.
Factores que potencian la propagación
- Los comentarios que se hacen en una parte de la empresa pueden terminar en otros grupos y ser malinterpretados. Esto crea un efecto de bola de nieve, donde la información se distorsiona y puede fracturar a la organización.
- Además, cuando alguien menciona a otra persona, esa persona no tiene control sobre dónde va el mensaje. Si decide responder, puede hacer que el mensaje se difunda aún más.
- También, cuando alguien toma una captura de pantalla o reenvía un mensaje, algo que se decía en un momento específico puede quedar guardado y volver a aparecer en momentos delicados. En aplicaciones de trabajo como Slack o Teams, por ejemplo, las reacciones y etiquetas pueden mostrar el estado de las personas, y los rumores pueden influir en decisiones importantes sobre recursos.
Lo que se nota en los equipos de trabajo:
- Menos seguridad para hablar: más autocensura, miedo y menos pedidos de ayuda en público.
- Más ausencias y rotación: desgaste por conflictos de reputación que no se atienden.
- Menos foco: tiempo perdido en aclaraciones informales y decisiones reactivas para “apagar incendios”.
¿Cómo podemos mejorar?
Para manejar estos problemas de chismes y rumores en el trabajo, es muy importante que tengamos reglas claras. Esto significa que necesitamos tener algunas pautas escritas que todos puedan ver y entender. También, es útil contar con un espacio donde los empleados puedan hacer preguntas y recibir respuestas de manera formal sobres temas de interés que les inquiete, así todos pueden estar en la misma página.
Además, es bueno que haya un tiempo de espera antes de tomar decisiones importantes, asociado a ruidos y posibles malentendidos. Esto nos da la oportunidad de pensar bien las cosas y no actuar de manera impulsiva. Al seguir estas medidas, podemos reducir el daño que causan los chismes y recordarle a todos la importancia de comunicarse de manera adecuada y cuidar del equipo. Así, creamos un ambiente de trabajo más saludable y productivo, donde todos se sientan cómodos y respetados.
Acciones sencillas
● Organizar los Canales de Comunicación: Los temas delicados deben ser abordados a través de un mecanismo específico para inquietudes y respuestas, como reuniones de seguimiento, un buzón seguro o encuentros que fomenten la confianza. Es fundamental que se comunique claramente la importancia de los tiempos para aclaraciones y respuestas. Además, es recomendable establecer un protocolo, alineado con la cultura organizacional, que garantice un ambiente de diálogo constructivo.
● Dejar un Registro: Anotar y documentar las inquietudes tratadas, lo que se ha dado respuesta y cuándo. Esto ayuda a cerrar el tema y evita que la misma pregunta o inquietud vuelva a surgir.
● Pausar Antes de Reenviar: Crear la práctica entre los equipos para que antes de compartir un mensaje, pueda tomarse un time para pensarlo. Además, si necesitas mencionar a alguien más, pedir permiso primero.
Las redes y los chats pueden ser muy útiles para coordinar y aprender rápido. Pero si no tenemos reglas claras, pueden propagar rumores y causar problemas. Usando políticas, estrategias y acciones con transparencia, cuidado y claridad, podemos reducir el chisme negativo y trabajar mejor. Si no lo hacemos, podemos perder confianza y desviar la atención de lo importante. En definitiva, al manejar el chisme de manera efectiva, podemos crear un ambiente laboral más saludable, donde todos se sientan cómodos y respetados. Esto mejora la comunicación y fortalece la seguridad en los equipos.