El 2021 se cumplen 100 años de la fundación del Partido Comunista Chino (PCCh) y el gobierno de ese país trabaja en dos pilares fundamentales: la economía y el desarrollo a través de su modelo de socialismo con peculiaridades chinas o socialismo de mercado.
China planifica mejorar aún más su economía de mercado socialista y se propone completar la construcción de un sistema de mercado de alto nivel. La moderna ciudad de Shenzhen se convertirá en una zona experimental de demostración del socialismo con peculiaridades chinas, mientras que Shanghai liderará la modernización socialista de China.
El objetivo lo tienen claro: profundizar una reforma general y radical con base en la de productos, procesos y métodos de gestión para lograr un desarrollo económico y social de alta calidad. Dos grades metas se destacan: doblar el PIB de 2010 y erradicar la pobreza extrema.
Erradicar la pobreza
En los últimos 40 años de reforma y apertura económica, más de 700 millones de personas en China han sido liberadas de la pobreza, contribuyendo en más de 70 % a la reducción global de la pobreza. Este logro ha sido reconocido por la ONU que ha elogiado el éxito de China, país que aspira para el 2021 liberar a todos los residentes rurales que viven por debajo de la línea de la pobreza.
Un ejemplo de ello se encuentra en la provincia de Guizhou, en el suroeste de China, que solía ser una región provincial con la mayor población de personas pobres. Para noviembre del 2020 se logró sacar a más de nueve millones de personas de la pobreza, proceso que inició en el 2012.
La economía de China continúa creciendo a tasas que son inimaginables para otros países. Para ello implementó como estrategia la llamada “doble circulación”, estrategia económica que apunta a un potencial cambio de paradigma al combinar la expansión de la demanda con reformas en la oferta.
Economía basada en el dinamismo interno
China reducirá el rol del comercio internacional en su economía, reforzando la economía doméstica. La dinámica económica dependerá menos de las exportaciones y más de la circulación y demanda doméstica.
El desarrollo de las capacidades internas es un objetivo prioritario de cara a sus planes futuros. Con el plan Made in China 2025, el gigante asiático aspira a convertirse en una potencia mundial en innovación.
La meta es que el PIB supere los 100 billones de yuanes (alrededor de $ 15,38 billones) con un PIB per cápita de $ 10.000 y construir así la base material para lograr una sociedad moderadamente acomodada que pueda satisfacer plenamente sus necesidades básicas y esenciales.
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